Vignelli, Detritus y el jardín japonés de Esther Pizarro
Vignelli homenajeado en las paredes de la CC Okendo. Detritus y sus reflexiones e inquietudes personales hechas arte en la sala Gambara del Koldo Mitxelena. Un jardín japonés en un escenario que recrea la topografía del territorio japonés. Tres exposiciones que componen un improvisado circuito que proponemos en la ciudad. Vamos muy bien de gastronomía, vamos muy bien de música, vamos muy bien de cine, y ahora vamos muy bien de exposiciones. La verdad es que en Donosti si hay cosas. Muchas y buenas. Quedó atrás y enterrado, definitivamente, ese discurso de: «En Donosti no hay nada que hacer». Si hay, sí.
TIMELESS. MASSIMO VIGNELLI
19/02 al 18/04. CC Okendo
Todo en la sala respira Massimo Vignelli, desde la perspectiva de cada estudio. Desde cada cartel diseñado en homenaje a uno de los referentes de la profesión. Porque, ¿Qué es ser diseñador? Esta exposición te da un poquito la respuesta. Sensación de buen gusto y diseño exquisito en cada rincón de la exposición. organizada por Husmee.
EDERTASUNA HALA ERE / BELLEZA A PESAR DE TODO. DETRITUS
5/03 al 18/04. Koldo Mitxelena [sala Gambara]
Detritus es un artista con unas inquietudes interiores acerca de la vida y la muerte muy intensas. Esa intensidad que refleja se plasma con fuerza en su trabajo. Un trabajo que no hay que querer entender, como mucho tratar de comprender la complejidad de las sensaciones que generan estas cuestiones a cada uno y concretamente a Detritus. Su trabajo, una vez visto, te hace cuestionarte ciertos aspectos de la vida. Junto a esta parte más íntima, vemos numerosa cartelería de acento punk y objetivo denuncia de los conflictos que se vivieron en las calles durante las décadas de los 80 y los 90. Aunque, ¿qué no es íntimo en el trabajo de Detritus? Una intimidad a las que nos abre sus puertas. Yo, cuando veo una puerta como esta abierta, entro. Merece.
UN JARDÍN JAPONÉS. TOPOGRAFÍAS DEL VACÍO. ESTHER PIZARRO.
14/02 al 18/05. San Telmo Museoa
Descubrí por primera vez el jardín japonés de Esther Pizarro en Matadero, Madrid. Parece que cuando ves las cosas fuera de tu casa, de tu ciudad, les das más valor. Por eso me auto-insisto a mirar las cosas en esta ciudad con la perspectiva independiente de que estén aquí, fijándome sólo en el contenido. El jardín japonés, que representa el territorio de Japón dividido en las regiones administrativas que componen el país, y rodeados de un montón de sal, en una sala espectacular y con un ambiente que evoca la cultura, la estética y los valores japoneses, es un momento interesante para desconectar de la realidad, pensar en uno mismo y admirar la obra de la artista madrileña.
