Paredes que te hablan. La capital del arte urbano es Berlín
Nos desplazamos a Berlín para conocer un poco más la realidad de la ciudad de la cultura urbana y el streetart. المراهنة على المباريات
Berlín sostiene parte del peso de la historia moderna de la vieja Europa. Sus paredes te hablan, te cuentan cosas. Te susurran que es una ciudad en constante movimiento, cambio, evolución. Una urbe referencia en cultura alternativa o subcultura durante las últimas décadas. Una ciudad con un tremendo respeto a sus historias pasadas, con una atmósfera que se siente desde que empiezas a callejear nada más bajar del avión. Habíamos oído hablar de Tacheles. Ese edificio que fue un centro neurálgico de la cultura urbana, del arte, de las tendencias artísticas berlinesas después de la caída del muro. bet 365 Un gigante de cemento dormido, ya que fue clausurado hace ya algunos años. Lo que fue el centro de arte moderno de Berlín, creado y dirigido por una comunidad de artistas, bajó la persiana en 2012, después de 20 años albergando a más de 500 artistas de todo el mundo. الكازينو Alguien compró el terreno, y a pesar de la lucha de los artistas residentes por permanecer allí en sus procesos de creación y mantener vivo el espíritu Tacheles, aquel lugar se cerró.
Pero su presencia nos atrapó. Y continuamos investigando qué fue de aquellos artistas. Esto nos llevó a Klassenfeind Gallery. Un pequeño espacio en Mitte, nada lejos de Tacheles. Una galería que comisiona el trabajo de 6 artistas que antes había tenido su residencia en el monstruo con corazón arty. Una pequeña extensión de lo que fue Tacheles funciona desde el 2015, y lo visitamos, por supuesto. La obra de Txus Parras, Laloquita, Emilie Gotmann, Hüseyin Arda, Tim Roeloffs, Andreas Schiller y Volker Wagner forra las paredes y diversos soportes de la galería. Muy potente.
Crear arte con un discurso social y político y que parte de una creatividad que necesitaba ser liberada. Esta es la premisa de Klassenfeind y sus artistas.
Callejear por Berlín de manera más general, con la idea de perderte, tiene el encanto de encontrarte un montón de patios y paredes con enormes siluetas, o esa inmensa cantidad de escaparates que te transmiten algo sea cual sea el negocio que albergan. Cerveza en mano y caminando o en bici (los ciudadanos que van en bici vuelan por el asfalto, nosotros fuimos más precavidos y nos lo tomamos con la calma) fuimos desde Mitte a Kreuzberg, con parada obligatoria en el muro, en el museo Bauhaus Archive o en Burgermeister, una hamburguesería debajo de la vía del tren y ubicada en unos antiguos baños.
No vamos a decir nada nuevo cuando hablamos de la cerveza allí, variedad, calidad y precios muy asequibles. Pero si vamos a recomendar fervientemente dos espacios que no hemos visto en guías ni en `rutarios´ habituales de la ciudad. Un comercio, y un patio: Kerbholz / Neurotitan.
Una pequeña tienda con producto handmade berlinés. Relojes y gafas. Madera, buen gusto, diseño… una marca de edición limitada que no conocíamos y que nos ha dejado locos. Está en Widdersdorferstrasse 246, nada lejos de Alexanderplatz.
Neurotitan es una store de cómics, libros, fanzines de ilustración y una galería de arte, La Société Savante / Fünfter Reisebericht en la trasera de un quinto piso de un edificio cuyas paredes interiores están infestadas de streetart. Sus fachadas exteriores, por descontado, también. Subir hasta ese quinto piso andando nos recordó a estar en alguna escena de Trainspotting. Lo cierto es que está en un patio interior en todo el meollo comercial de Mitte (Rosenthaler Straße 39), pero la sensación una vez dentro es la de encontrarte en un lugar donde se han jugado buenas raves y donde palpitó duro el corazón de muchos jóvenes artistas en aquellos convulsos días de la caída del muro. Un txoko donde además hay un cine.
Ich bin eine Berliner. Volveremos.