Mikael Siirillä · El fotógrafo con mirada de plata. Arteuparte by Jot Down [ 31 + 2 ]
SUS PERSONAJES APARECEN INMERSOS EN SUS MUNDOS INTERIORES Y MOMENTOS DE SER: SIMULTÁNEAMENTE AUSENTES E INTENSAMENTE PRESENTES. LAS IMÁGENES TAMBIÉN REVELAN LA MIRADA DEL FORASTERO, PERDIDA EN LA OBSERVACIÓN Y LA REFLEXIÓN. MIKAEL SIIRILLÄ ES UN ARTISTA DEL CUARTO OSCURO (1978) RESIDENTE EN HELSINKI, FINLANDIA. SUS PEQUEÑAS FOTOGRAFÍAS INDIVIDUALES EXAMINAN LOS TEMAS DE LA AUSENCIA, LA PRESENCIA Y LA CONDICIÓN DE FORASTERO, PERDIDA EN LA OBSERVACIÓN Y LA REFLEXIÓN.
¿Qué nos hace humanos? Percibes el mar del atardecer. La brisa picante, los gritos desvanecidos de las gaviotas, las sombras azuladas. Las rocas yacen esparcidas en los bajíos, en la orilla. Alisados por miles de años de hielo continental. En un parpadeo de tiempo geológico, el mundo se ha detenido. Sólo hay un hombre ahí fuera, hundido hasta los muslos, anciano. Saborea el agua pulida, la toca, la absorbe. Fascinado por este mundo, este horizonte. Mi obturador corta. Esto es lo que nos hace humanos.
El dormitorio. No puedo verlos, pero tiene los ojos cerrados. Se ha puesto la camisa por encima de la cabeza y se ha detenido en la oscuridad. Algo se está desarrollando. No está ni aquí ni allí, sino dentro, imaginándose a sí misma. Su cálido aliento la envuelve. Podría instalarse aquí, libre de cuerpo y forma. Es ella. Hola. Por un breve momento, trasciende. Nunca conocerá otro punto de vista. Es todo lo que hay.
El espacio. Mi obturador corta. Esto es lo que nos hace humanos. Una reunión. Él se sienta tranquilamente a la mesa, esperando. Ella apoya sus manos firmemente sobre sus hombros. Ella conecta con el calor de su cuerpo. Su tacto deliberado le resulta familiar. Le quiere tal y como es. Él se gira para captar su atención. Les veo gesticular, irradiar. Hay calidez en su vacío negro, capas en su piel. Al otro lado de la mesa, soy ajena a su amabilidad. Se me corta el obturador. Esto es lo que nos hace humanos.
“ NO ME INTERESAN
LOS PROYECTOS FOTOGRÁFICOS, LOS TEMAS ESPECÍFICOS
NI LA NARRACIÓN DE HISTORIAS. EN SU LUGAR, BUSCO IMPRESIONES PEQUEÑAS,
SILENCIOSAS Y POÉTICAS QUE PAREZCAN SUSPENDIDAS
EN EL TIEMPO, DISTANTES Y SOLEMNES COMO OBJETOS SIN ETIQUETAR
EN UN MUSEO DE HISTORIA ”.
Traduzco la mirada intensa en pequeñas fotografías contemplativas de gelatina de plata. Recojo observaciones minuciosas de mi vida cotidiana, mi familia y mis viajes. Después, las recontextualizo en el cuarto oscuro con reflexiones recurrentes sobre el yo, la ausencia, la presencia y la identidad.
Mis imágenes son observaciones en sentido estricto, captadas con una interferencia mínima o nula con los sujetos. Este prerrequisito ontológico sitúa mi mirada como la de un extraño. Las imágenes no son el resultado de la imaginación creativa o la representación, sino más bien un reconocimiento subjetivo y una respuesta, una autoexpresión. Hago fotografías en las que puedo perderme, en un intento desesperado por ver más, sentir más y vivir más.
Mis fotografías son poéticas, tranquilas y meditativas. Debido a su tamaño, piden al espectador que se incline y tome conciencia de la imagen como objeto. Los sujetos fragmentados, a veces oscurecidos y recortados, incitan al espectador a sentir su presencia fuera de los bordes de la imagen.
Utilizo la sobreexposición, el revelado de alta resolución y la luz azul pura para acentuar el grano de la película y crear un aspecto gráfico. Utilizo elementos negros dominantes y espacios negativos para reducir los temas a lo esencial e inclinarme hacia lo abstracto. El cálido tono dorado-marfil con taninos de té ayuda a que las imágenes resulten familiares y accesibles.
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