Lo que pasa en el barrio, se queda en el barrio · acción de guerrilla cartelera
Como si fuera un tópico de nuestra cultura popular actual, del refranero clásico o una frase hecha que parece que hay que repetir porque es políticamente súper correcta y da muy buen flow: «hay que consumir en el barrio» o «el consumo en el comercio local es básico para el barrio y para la ciudad». Nada más lejos de la realidad. Las grandes corporaciones del «comprar desde tu sofá inerte y sin pensar demasiado» nos han invadido absolutamente y ya es inevitable. Están en nuestras casas. En nuestros dispositivos móviles y en nuestras cabezas. En nuestros hábitos. Y obviamente, han llegado para quedarse, incorporados a nuestra vida doméstica diaria. Pero parece que no va a ser tónica habitual que estos nuevos hábitos cohabiten con costumbres de hace no tanto. Aunque parezca que la compra en la tienda de electrónica del barrio sea cosa de hace tres siglos.
Radio Garibay. En la Avenida de Madrid,10 Año 1970 · foto de San Sebastián DesaparecidaY así, en unos pocos años vamos a tener ciudades con las calles llenas de NADA. Al ritmo que vamos, acelerado por los acontecimientos actuales, lo tendremos en pocos meses. Nada de comercio local. Es posible que la tendencia natural de nuestra raza sea esta. Dejarlo todo perder, guiarnos sin querer (también sin querer evitarlo) por el hábil ejercicio de control mental al que estamos siendo sometidos poco a poco y bajo los logos de (otra frase que parece ya de nuestra cultura popular) «esos que nos controlan, no los políticos, sino los de arriba, los sin cara, las entidades que manejan el cotarro de verdad». ¿Verdad? No sabemos qué pensará Iker Jimenez sobre todo esto, pero mira, dejamos unas fotos de algunos comercios de nuestra ciudad hace no tantas décadas, y simplemente hacemos esta reflexión: qué penita, ¿no? Que la ciudad se esté convirtiendo en un cementerio de locales vacíos y que nosotros, tan abanderados del discurso pro-comercio local, tan hipsters de la cultura de barrio, no estemos siendo partícipes de esa actividad de comercio circular típica del barrio ese del que sacamos tanto pecho los donostiarras. Porque nos encanta decir: «yo, del Antiguo de toda la vida». «Yo nací en gros». » De Egia, no de Donostia». Simplemente, combinar un poco ese fervor por la compra teledirigida de un almacén donde nadie sabe, a la clásica actividad : el pescadero compra a la panadera, y ésta al pescadero, ambxs en la librería y lxs librerxs a ambos, y el del bar a todxs ellxs y todxs ellxs van al bar… y a la farmacia. Textil, mercado, peluquería, pub, galería de arte, juguetería, tienda de música, ferretería. Y el chino. Qué penica, sino.
Proponemos un ejercicio, sin querer ser abanderados de nada. Los regalucos de estas fiestas, si es que estamos para alguna fiesta, hacerlos a golpe de ir al comercio del barrio. Todxs, sin excepción. Que todos conocemos el comercio de cada barrio y a qué se dedica cada cuál. Y que las frases bandera ya las hemos quemado. «El dicho sin el hecho, deja a uno bastante maltrecho». Por refranero que no sea.
El último en cerrar, A Fuego Negro · foto de Alex Iturralde.