KK Festibala. Antes & Después de la 2ªEdición
La semana pasada fue una semana movidita. Pero llegó el KK, un par de días más tarde de hacer la entrevista con Sergio, uno de los grandes kajunas del panorama musical en Donosti. Hacemos un mix, un antes-después del festival, con la entrevista y sus impresiones anteriores, y nuestra impresión posterior. Y tú que te lo lees y probablemente estuviste por allí arriba en el parque de atracciones, a juzgar si sí o si no.
Dos días, más de 20 grupos. ¿Hay que verlo todo? ¿Qué grupo tienes más ganas de ver?
Hay que ver lo que uno pueda disfrutar… los grupos de los que uno es fan, y de lo que no conoce, dejarse llevar por la intuición… Un Festival se diferencia de un concierto en que combinas en una programación grupos consagrados, apuestas, grupos que están creciendo… Hay un equilibrio de estilos, de actitudes, de grupos consagrados y nuevos, al que todos los programadores queremos dotar de coherencia… Creo que la fiesta Crystal Fighters, lo nuevo de Delorean, el santo binomio Dinosaur Jr-Built To Spill , el estreno aquí de Junio, Bobby Bare Jr… Hay muchísimos lujazos en este Festival.
Después del éxito del año pasado, creo que se ha creado bastante expectación con esta nueva edición. ¿Cuál es vuestro objetivo?
Consolidarlo. Que todo el mundo lo vea como algo especial en su agenda. Que los grupos locales esperen esta fecha como una de las más bonitas de su calendario. Que generemos nuevos públicos, ilusión por la música en directo…
Como es el equipo organizador? Cuantos sois? Quienes? Háblanos un poco de vosotros.
Ginmusica somos una oficina a la vieja usanza. Somos cuatro personas. Sin paneles, en un espacio abierto. Estamos en una antigua panadería a pie de calle porque pensamos que esto es un oficio como otro cualquiera. Hacemos el trabajo de mañanas, y la tarde conciliamos. Eso sí, cuando hay que currar a toque de corneta somos de apoyarnos y sacar adelante como sea las cosas. Nos gusta proponer cosas diferentes.
¿Cómo y por qué surge el festival?
Surge tras ver la posibilidad de este recinto para hacer un gran festival y tras constatar que esta ciudad, salvo el escenario verde del Jazzaldia, no tenía un Festival de Musica Independiente… Queríamos situar a Donostia en el mapa europeo de los festivales musicales, con un festival pequeño pero con gran personalidad…
KKF. Los donostiarras nos mojamos cuando el tema lo merece
(una crónica de Jásminka Romanos)
Si en la primera edición del Kutxa Kultur Festibala el principal reclamo fuera la alegría por participar en la virgen propuesta festivalera donostiarra, este año el tirón ha sido otro. En 2012 el público llegamos a Igeldo emocionados por ver cómo el clásico parque de atracciones para niños se transformaba en una montaña rusa para adultos. En 2012 estuvimos más pendientes por descubrir una propuesta desconocida que por las confirmaciones del cartel. Por suerte, esta edición iba más allá. Y digo por suerte porque si en 2013 la propuesta del KK Festibala se hubiese limitado a explotar esos mismos encantos con que parieron la primera cita festivalera de la ciudad, la lluvia y el frío bien se hubiesen encargado de arruinar la segunda edición.
Y es que, figurar en el postureo no es suficiente para afrontar un sirimiri y un viento incansables cuya humedad te calan los huesos… menos aún si el postureo ha de llevarse a cabo bajo ponchos de plástico que no lucen nada la vestimenta.
Pero el cartel del viernes sobraba para hacer frente al agua. Porque la convocatoria de los Crystal Fighters basta para mantener a miles de personas bajo la lluvia. Y la atronadora propuesta de los noveles Belako, y los últimos tesoros de los consolidados Delorean bien valen distanciarse del frío a golpe de saltos y coros aún bajo un aguacero. Porque Junip, con su serenidad en el escenario bajo el mando vocal de José González, ofreció un recital de buen gusto, con su repertorio más sonado al final, coincidiendo con el comienzo del gran temporal. En ese momento, José González y el resto de elementos del grupo sueco debieron pensar: «joder, nos quedamos solos». Pero no, esta es una tierra de durezas climatológicas.
Junip. (photo: laura mungia)
Crystal Fighters.
Belako. (photo: jásminka Romanos)
Por no perdernos bandas como éstas buscamos refugios momentáneos en los cubiertos precios anticrisis del hotel; secamos los ponchos alrededor de los fuegos de los puestos de Talos o carne a la barbacoa; y apuramos calentadores alcoholes duros bajo la tejaban de la parada del funicular. El KKF 2013 se inauguraba con el tiempo en su contra, pero eso no frenó a los compradores de las entradas agotadas el día anterior para acudir a la cita y mantener el tipo hasta la aparición más esperada de la noche. Sino que sirvió para reinventar ese escenario idílico cuando luce el sol en un refugio donde cobijarse cuando arrecia el vendaval y nos traen buena música.
Dos días de festival: un viernes multitudinario para hipsters y un sábado tranquilo para rockeros
El cartel de este año apostaba por dos estilos musicales diferenciados: Indie para el viernes y Rock&Roll para el sábado. Y la diferencia entre la asistencia entre un día y otro dejó claro cuál es el género predilecto de los jóvenes donostiarras. Colas en el Funicular desde las 17.00 horas; impasividad ante el mal tiempo, y mucha tensión entre la masa de las primeras filas momentos antes del inicio del concierto de los cabezas de cartel.
El Indie y los abanderados Crystal Fighters arrasaron este año y fueron la razón de que el mal tiempo no arruinará la noche. Porque a los barbudos de camisas estampadas vintage, y a las chicas de anchas chaquetas de lana y pañuelos en el pelo poco les importa mojarse si la música viene con sintetizadores, teclados hermanados con guitarras, percusión libre y letras pegadizas.
¿Hubiesen aguantado hasta Dinosaur Junior los veteranos amantes del Rock que visitaron Igeldo el domingo? Dado que el sábado la lluvia no asistió al festival, nunca lo sabremos…
CONCLUSIONES:
— El escenario de grupos locales estuvo animado, a pesar de la continua lluvia, y ya no es una novedad que en la ciudad salgan grupos casi «como debajo de las piedras». Sin que nadie se cague en nosotros, lo comentamos. La vida musical del panorama local crece de manera importante. Un año más lo certificaron los Cohen, Jus, Código Bushido..
Cohen. (photo: laura mungia)
— El viernes había un cartelón, cierto. El viernes se petó, llovió, la gente estaba mojada, incluso hacía algo de frío. Pero el último concierto hizo que la mayoría de la gente se quedara. Crystal Fighters, cómo te vas a ir después de unas birras y unos jager encima. Y a la salida, estampida. Peligrosa. ¿Qué tal distribuir el cartelazo del primer día entre los dos? ¿Eso sería mezclar el indie y el rock? Ni puta idea, por aquí se comenta más que nada para evitar el flipe de salida del festival de la noche del viernes.
— Escenario escondido. Mola, el parque de atracciones tiene ese rollo, da esas posibilidades. Ésta, la del set de Dj´s del Bukowski, Makala & Budin, subidos a un «altar» en el Dance Hall Eszenatokia, mirando a los ojos a la tormenta y amenizando la ingesta de gorduras entre concierto y concierto, y la de las propias atracciones. Que el año pasado, con un clima asumible, dieron mucho más juego.
— El escenario, este año, volvió a estar sobre el escenario, y bajo el escenario. Porque como dice la lírica popular, «la vida es un gran escenario donde todos los actores somos iguales». No, iguales no.