Crónicas Zinemaldia 2021
Crónicas Zinemaldia 2021
Resulta difícil no comparar cada momento de este año con la situación del pasado 2020. Aunque acostumbrados a ella, la crisis sanitaria ha seguido teniendo un enorme impacto en el 69º Festival Internacional de Cine de San Sebastián, condicionando todavía sus aforos, número de proyecciones y contactos sociales. Pero si ya intuíamos al cierre de la pasada edición que la cultura era una estupenda baza mental para combatir la pandemia, como también nos adelantaron las salas que pudieron reabrir, este Zinemaldi ha venido a confirmarlo. El cine sigue haciendo su magia y, como decía Truffaut, las películas parecen avanzar ajenas al mundo como trenes en la noche.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 1. 17 DE SEPTIEMBRE
Hace dos años, Zhang Yimou debía haber presentado su última película en Berlín, un estreno truncado en el último momento por la censura del Gobierno Chino. Recuperada para la inauguración del Zinemaldi, One Second bien podría ser el particular Cinema Paradiso del director, cambiando Sicilia por los prolegómenos de la Revolución Cultural. Lo cierto es que aquí sus protagonistas, un hombre fugado de un campo de trabajo y una niña a la captura del mismo rollo de celuloide, son los únicos ajenos a la fascinación que levantan esas proyecciones precarias que recorren los pueblos como una caravana ambulante. Sin ser su mejor trabajo, un bonito film con alma de fábula en la línea de Amor bajo el espino blanco y Coming Home que regresa al pasado para reivindicar la experiencia colectiva del cine. Aunque la censura le siga pasando factura al epílogo.
La dupla Mariano Cohn-Gastón Duprat lleva tiempo disparando su peculiar sentido del humor en películas como El ciudadano ilustre, Mi obra maestra o la curiosísima pieza documental Todo sobre el asado. En Competencia oficial, los argentinos vienen a ciscarse en la tontería del mundo del cine, los productores, las ínfulas autorales y los egos y excentricidades de las estrellas. Todo esto lo abordan a través de un ensayo de rodaje que involucra a una directora indie y dos actores antagónicos, el método contra el star system, tremendos Penélope Cruz, Oscar Martínez y Antonio Banderas. Y aunque la historia pueda parecer una sucesión de sketches, casi todos brillantes, uno concluye que el fondo de esta comedia cáustica esconde también una reflexión negrísima sobre nuestras propias miserias. Pura mala baba. Tienen para todos.
Las obras de Honoré de Balzac siempre han tenido fama de ladrillo y entrábamos con algo de miedo a Les illusions perdues, adaptación de una de sus muchas novelas costumbristas. Nada más lejos de la realidad, el director Xavier Gianolli escoge un ritmo envidiable y una fastuosa recreación de época, relegando la lectura literaria a un estupendo uso de las elipsis, para contarnos la historia de un joven e idealista poeta de provincias seducido por el mundillo de las editoriales parisinas y sus tejemanejes, trampas, conspiraciones y amoralidad. Además de meternos de lleno en ese fascinante universo, lo más sorprendente de esta crónica del éxito, caída y redención es cómo su aparente andamiaje clásico conecta con cuestiones tan candentes como las del poder de la prensa y las fake news. Porque lo que Balzac retrataba en el Siglo XIX recuerda mucho al presente. Estupenda.
Icíar Bollaín venía a tocar temas muy delicados en Maixabel, una recreación de los encuentros que la viuda del político Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA, mantuvo con presos de la banda terrorista. Quizá por eso la cámara de la directora y el guión coescrito junto a Isa Campo apuestan siempre por la sobriedad, dejando que sean las interpretaciones a cara descubierta de Blanca Portillo, Luis Tosar y Urko Olazabal quienes cuenten esta historia sobre la memoria, el perdón y la redención tras el horror, que a muchos les costará digerir más allá de lo cinematográfico y lo político. Qué duda cabe, es un film contenido entre la emoción y el respeto pero también una valiente y necesaria puerta abierta a ese pasado que a muchos nos ha tocado vivir de cerca y no debería olvidarse.
Ya se había venido a etiquetar a Titane, Palma de Oro en Cannes, como la película del año, verificando en cualquier caso el éxito del nuevo cine de género con firma de mujer en festivales internacionales. La propuesta de Julia Ducournau es una de esas obras que viven en su propio mundo, sus propias ensoñaciones. Como una hija bastarda de la carne de Cronenberg y el metal de Tsukamoto, la directora de Crudo se recrea en un relato malsano, sensual y (a ratos) hipnótico, pero detrás de su -como lo leen- asesina en serie bailarina fetichista de los automóviles reconvertida en suplantadora de un chaval desaparecido, hay un film que parece fagocitar infinitas lecturas para llevarlas a su personalísimo y extraño terreno. Transexualidad e identidad de género, body horror, metáfora, videoclip o what the fuck de arte y ensayo. Hype aparte, cine para sentir en las entrañas y navegar en la alucinación de sus imágenes. Yo entro.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 2. 18 DE SEPTIEMBRE
Comenzamos el segundo día del Festival con Benediction, biografía del poeta británico Siegfried Sassoon a cargo del prestigioso Terence Davies, un habitual de Donostia. La película es todo lo que uno puede esperar del director: meticulosa, elegante, teatral, clásica en lo formal y sumergida en el lirismo de una mirada trágica al pasado, que aquí se debate entre el trauma de la guerra, la creación artística y una homosexualidad minada de romances truncados. La función la remata un reparto absolutamente entregado a sus personajes, encabezado por el polifacético Jack Lowden. Como acostumbra Davies, Benediction es también un film demasiado alargado en su afán exhaustivo, pero cuando a la salida de un biopic te entran ganas de investigar sobre sus protagonistas, ha merecido la pena.
No cabe duda de que la mirada femenina y feminista es una de las grandes protagonistas de la Sección Oficial de este año, comenzando por la argentina Camila saldrá esta noche. Si en su anterior Julia y el zorro la directora Inés María Barrionuevo se centraba en el retrato poco complaciente de una madre, aquí viene a empatizar con el despertar adolescente de una generación dispuesta a alzar la voz. A través de esa joven que trata de encontrar su lugar en el mundo tras un cambio de casa y de colegio, el film nos habla de sororidad, mareas verdes, diferencias de clase, sexualidad y rebeldía contra la tradición y el poder del patriarcado, y lo hace sin que la ideología se imponga nunca a los personajes. Nada desborda, pero todo cala. Certera, política y anclada al presente. Al otro lado del charco y a éste.
Lo de Lucile Hadzihalilovic con San Sebastián solamente puede calificarse de idilio. No es de extrañar que, tras los premios de Innocence y Evolution, Earwig se situase en todas las quinielas. Ahora la cineasta vuelve a su cine fantástico conceptual, más críptico que nunca, poniendo el foco en una niña con dientes de hielo enclaustrada en una mansión abandonada bajo los cuidados de un silencioso guardián. Es una película que juega con la lógica de los sueños, personajes mínimos y atmosferas tan tenebrosas como perversamente bellas. Cada cual podrá sacar una interpretación propia y diferente de lo que nos quiere contar o trasmitir esta historia. O tal vez varias: seres atrapados en el limbo, simbolismos a descifrar, cuento gótico o reflejos de una pesadilla en penumbra. Más que entenderla, hay que sentirla.
Que las redes sociales las carga el diablo lo descubre, muy a su pesar, el protagonista de Arthur Rambo, un escritor al borde de la fama cuyo éxito se ve truncado de la noche a la mañana por unos tuits rescatados de la hemeroteca. Laurent Cantet aborda temas como los peligros de que el personaje devore a la persona tras el anonimato virtual, la política de la cancelación o lo inútil de tratar de razonar con una audiencia demasiado estúpida y ávida de sangre como para reconocer la ironía. Y aunque también se trata, aquí y allá, esa constante de la identidad en la Francia de la multiculturalidad, su película se estanca en el descenso a los infiernos de ese hombre abandonado por todos. El posicionamiento final se lo deja al espectador y por eso es un cineasta tan interesante, aunque aquí haga el equivalente a borrarse la cuenta en Twitter.
Pocos directores recientes han explorado con tanta honestidad el derrumbe de las relaciones familiares como el belga Joachim Lafosse. En Les intranquilles, se pone a prueba la integridad de un matrimonio con hijo ante una enfermedad mental. Es un drama cocinado a fuego lento en el que los comportamientos excéntricos van caminando poco a poco hasta la etiqueta del trastorno bipolar, un vía crucis situado en un verano luminoso que no esconde la inevitable oscuridad del futuro. Si el enfoque está medido al milímetro para no caer en melodramas, los actores Leïla Bekhti y Damien Bonnard lo elevan a otro nivel con unas interpretaciones categóricas. Porque la historia de ese amor latente pero condenado termina tocando en lo más profundo. Angustia y conmueve a partes iguales.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 3. 19 DE SEPTIEMBRE
Volvemos a concurso con As In Heaven, ópera prima de la cineasta Tea Lindeburg sobre la opresión religiosa y moral contra las mujeres en una granja danesa del Siglo XIX. Donde debiera imperar una puesta en escena tan sobria como los dogmas de ese luteranismo, la cinta narra un viaje al final de la noche que mira al presente con planos calculadísimos, una fotografía primorosa y fogonazos al fantástico que recuerdan demasiado a otras películas de festival. Destaca, eso sí, la interpretación protagonista de la joven Flora Ofelia Hofman Lindahl, que trasmite con su mirada todo un cúmulo de emociones, la triste aceptación del final de su inocencia y las esperanzas cortadas de raíz por el heteropatriarcado. Destacaría en Nuevos Directores pero para una Sección Oficial se siente un poco justa.
Resulta reconfortante que a sus 83 castañas Paul Verhoeven siga desprendiendo el descaro de un gamberro adolescente en Benedetta, un film que juega con lo sagrado y la carnalidad en la cuerda floja habitual del director. Apariciones divinas, intrigas eclesiásticas, monjas lesbianas, Jesucristo con espada… A estas alturas de su carrera, el espectador ya sabe que debe abandonar la línea que separa la mamarrachada de la reflexión para entregarse a su cine como en un verdadero acto de fe, del mismo modo que lo hacen esas Virginie Efira y Daphné Patakia convirtiendo los iconos religiosos en placer onanista. El resultado final es menos exploitation y kitsch de lo esperado, pero ahí están la provocación, el humor negro, el morbo y los desnudos marca de la casa. Ave María Purísima, con pecado concebida.
No son pocos los que no entendían la presencia de una película como Vous ne désirez que moi en la Sección Oficial, algo que se explica por el prestigio de la realizadora Claire Simon. Tampoco resulta extraño que una cineasta tan versada en el campo del documental como ella haya decidido reconstruir unas entrevistas realizadas en 1982 a quien fuera amante de la artista Marguerite Duras, presencia invisible en el film. Hablamos de una propuesta destinada a un nicho cultural muy específico, porque lo cierto es que, entre reflexiones y confesiones que evidencian una relación que hoy podríamos calificar de tóxica, lo más ligero que tocan estos diálogos es la pulsión de la muerte en la homosexualidad. Uno sale de la proyección con un carnet de intelectual bajo el brazo. Café para muy cafeteros.
Wheel of Fortune and Fantasy era la primera de las dos cintas que Ryusuke Hamaguchi presentaba en Perlas y su estreno no ha podido gustar más. En esta colección de breves encuentros, el japonés hace orfebrería de la sencillez con carga de profundidad para hablarnos de la intimidad humana, especialmente en sus radiografías femeninas. Ya sea un triángulo amoroso inesperado, una seducción confesional o una confusión de identidades, cada uno de los relatos de este tríptico rebosa delicadeza, ternura, sorpresa y humor. Es imposible no referirse a Hong Sang-soo (y, por supuesto, al maestro Rohmer) al pensar en esos personajes cotidianos conversando, pero no hay duda de que el estilo de Hamaguchi es único. Del azar, el amor y la vida. Una pequeña gran maravilla.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 4. 20 DE SEPTIEMBRE
Sorprende un poco que sea Netflix quien se haya lanzado a producir un film tan autoral como Distancia de rescate. La directora Claudia Llosa apoya un pie en el fantástico antes de presentarnos a sus protagonistas, dos mujeres que se conocen durante unas vacaciones en el campo, estupenda María Valverde y magnética Dolores Fonzi. Desde ahí, la película escarba en la atmósfera opresiva y febril del terror para hablarnos de la maternidad y sus miedos, el símil de un cinturón de seguridad que se rompe sin que uno sea consciente. Y aunque aquí lo inquietante se impone de forma invisible, a ratos el guión se empeña en darnos demasiadas explicaciones ancladas a lo real, restándole enteros a su extraño realismo esotérico. Es una pena, porque uno termina pensando que ojalá esta historia se separase del texto original de Samanta Schweblin para abrazar la oscuridad de un relato de Mariana Enríquez.
Siempre que se pueda, hay que apostar por Nuevos Directores. A Mass le bastan una habitación y cuatro actores para construir un drama desgarrador y contenido tras las secuelas de un tiroteo escolar. Fran Kranz apuesta por la sobriedad de una obra de teatro para introducirnos poco a poco en esos diálogos en torno al dolor a través del elenco de categoría formado por Reed Birney, Ann Dowd, Jason Isaacs y Martha Plympton, que algunos reconocerán como la Stef de Los Goonies. Desde la imposibilidad de comprender lo inexplicable a la necesidad del perdón como salvavidas vital, no es casual que muchos de los temas que toca esta película conecten directamente con Maixabel en los efectos colaterales de la tragedia a largo plazo. Valiente, honesta y liberadora ópera prima.
En los últimos años, la cinematografía rumana ha venido cosechando excelentes críticas en el circuito de festivales, desde aquella 4 meses, 3 semanas, 2 días, hasta las más recientes Sieranevada o Pororoca. En muchas de estas películas se mete el dedo en la llaga de una sociedad podrida y mucho de eso hay en Blue Moon. La directora Alina Grigore habla de familias tóxicas, opresión patriarcal y mujeres buscando una salida sin poder cerrar la puerta de lo que parece una deuda contraída con la mafia de los lazos de sangre. Es una lástima que en los márgenes de esta historia demasiado confusa se intuyan también otras violencias que el guión no explora, primando la interpretación de la actriz Iona Chitu, a la que la cámara persigue de forma compulsiva mediante planos secuencia, entre gritos y silencios reveladores. Todo mal por Rumanía.
Decía Aristóteles que en el equilibro está la virtud y eso mismo podría decir, con maquiavélico doble sentido, el protagonista de El buen patrón. Fernando León de Aranoa desgrana la semana horribilis de ese jefe de una empresa de balanzas a través de una genial comedia satírica, ágil, desenfadada y desquiciada. No cabe duda de que en su radiografía de la hipocresía del paternalismo empresarial hay una idiosincrasia puramente española, esa del aplauso a la mano que da de comer siempre que sobre alimento. León de Aranoa se acerca más al humor de Berlanga que a la crítica social de sus dramas, pero si la película crece hasta la fascinación es gracias al personaje creado por un Javier Bardem que se come la pantalla. Hoy en día, tal vez el filósofo diría: Es el mercado, amigo.
Al igual que ayer, cerramos la jornada con Ryusuke Hamaguchi y uno de los films más esperados del Festival. Que los títulos de crédito iniciales tarden cuarenta minutos en aparecer en pantalla ya nos da una idea de la parsimonia con la que Drive My Car nos introduce en su relato. Así comienza el trayecto de unos personajes arquetípicos de Murakami -seres heridos en busca de respuestas interiores, aquí un director de teatro y su silenciosa chófer- por tres horas de cine que se revelan milagrosas. Es casi imperceptible cómo la película va creciendo en intimidad hasta el embrujo. Uno está llamado a acomodarse en ella como en un paseo en coche en el que se habla de la vida, la pérdida, el amor y el arte como vehículo de exorcismo. Parece imposible que se puedan estrenar dos obras tan redondas como ésta y Wheel of Fortune and Fantasy casi al mismo tiempo. Delicada, profunda y hermosa sin impostura.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 5. 21 DE SEPTIEMBRE
Al igual que pasó con Wuhai el año pasado, no se ha recibido con demasiado entusiasmo a Fire on the Plain, debut en la dirección del chino Zhang Ji. Y sin embargo, tampoco le faltan valores a este neo-noir asiático que camina entre el thriller y el drama romántico a lo largo de dos épocas, evocando los brutales cambios del país desde la década de los noventa. Porque tras su historia de asesino en serie hay también una representación de los ascensores sociales desde la miseria a los que el cine del gigante asiático nos tiene acostumbrados. Sin desmerecer el guión, lo mejor de la película es precisamente su recorrido por esa China deprimida a través de una atmósfera gris, asfixiante y crepuscular, donde se nota -y de qué manera- el currículum de Zhang Ji como director de fotografía. Merecía más atención.
En 2009 la periodista Florence Aubenas se mudó a la ciudad de Caen para infiltrarse en el mundo de los desempleados y las trabajadoras de la limpieza desde el anonimato. De aquella experiencia nació el libro que Emmanuel Carrère, otro escritor muy versado en la autoficción, ha llevado a la gran pantalla en Ouistreham. Aunque el drama de la precariedad laboral que aborda esta película no es nuevo, resulta de lo más interesante su exploración de esa frontera que separa a las clases sociales, el destino de una Juliette Binoche que, a pesar de establecer vínculos genuinos con sus compañeras de trabajo, debe volver a su entorno natural cuando termine la farsa. Es fácil lapidar a este film por su condescendencia o hablar de gauche caviar… pero eso no la hace menos veraz ni quita amargor a su fondo.
Hay películas en las que se masca la tragedia desde el primer minuto. Es el caso de La hija, de Manuel Martín Cuenca. A pesar de lo predecible de esta historia de «gestación secuestrada» en la que unos inquietantes Javier Gutiérrez y -especialmente- Patricia López Arnaiz acogen a una adolescente embarazada en su casa, habla muy bien de su director que consiga la tensión a través de las estaciones sin perder el interés. La exploración psicológica de los personajes, la dependencia emocional de uno y la obsesión enfermiza con la maternidad de otra, no funciona tanto como el ejercicio de estilo con el que se cuentan los hechos, un minimalismo formalmente impecable en lo visual que desemboca en la violencia seca de un western. Aquí no se puede hablar de spoilers. Sabías a lo que venías.
En algunas ocasiones, que una película te descoloque es una virtud, como ocurre con Are You Lonesome Tonight? del debutante Shipei Wen. Leyendo su sinopsis, uno espera encontrar un drama sobre la relación de un asesino accidental y la viuda de su víctima. Por eso sorprende que, al rato de desarrollar esta premisa, el director tenga el desparpajo de meterla de golpe y porrazo en la batidora con un noir propio de Hong Kong, los colores hipervitaminados de un Wong Kar-wai noventero, violencia estilizada y puntazos de humor surrealista, llevando la propuesta a lugares inesperados. Aunque la cosa termine irremediablemente varada entre la estética y el homenaje, este juguetón thriller chino va de menos a más y deja en las retinas imágenes para enmarcar. Toda una sorpresa.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 6. 22 DE SEPTIEMBRE
Enquête sur un Scandale d’Etat tiene un punto de partida tan interesante como la lucha contra el narcotráfico y sus políticas en los márgenes de la legalidad, infiltrado incluido. El trabajo del director Thierry de Peretti está a medio camino entre el thriller, un estudio de personajes y la investigación periodística basada en hechos reales -aunque el prólogo insista en lo contrario- que el formato 1:33 amplifica. Por desgracia, al igual que ese topo difuso que no se adscribe claramente a bandos de buenos y malos, el guión no parece tener claro qué quiere contar exactamente, empeñándose en exponer todo tipo de datos como en un informe estadístico y dejando de lado las motivaciones de los protagonistas. Es difícil entrar en una historia tan confusa, descafeinada y deslavazada como ésta.
Han pasado casi tres años desde que Jonás Trueba pasara por Tabakalera para presentar un proyecto de película múltiple en el que se acercaba a los adolescentes de hoy. Tras un remontaje en el que se han insertado, con necesaria actualidad, los efectos que sobre estos chavales ha tenido la pandemia, nace Quién lo impide, erigida en monumental retrato romántico de una generación (o parte de ella) donde realidad y ficción poética se unen en perfecta armonía. Incluso en lo que se refiere a su autoría. A lo largo de este film extendido en el tiempo que fluye como la vida, Trueba rebosa una extraordinaria sensibilidad, cercanía, humor y cariño que se contagia al espectador. Es en esa conexión donde reside su magia. Qué hermoso que tantas cosas de esta película resuenen en mi cabeza veinte años más viejo que sus protagonistas. Efectivamente, tú también lo has vivido.
Si Gaspar Noé nunca ha sido la alegría de la huerta, Vortex viene a confirmarnos que, aunque pueda relajar el estilo estroboscópico y radical de sus últimas propuestas, su cine siempre será implacable. A través del día a día de un matrimonio en sus últimos años, estremecedores e improvisados Dario Argento y Françoise Lebrun, el francés nos embarca en un paseo a pantalla partida por la vejez, la decrepitud, la enfermedad y la muerte definitiva. Lo más terrorífico del film es el modo en el que toda su sobriedad mira a la cara del espectador. Para Noé, todo se va apagando progresivamente. Y después, solo queda el vacío de la nada. La dedicatoria lo deja claro: «para todos aquellos cuyo cerebro se pudrirá antes que su corazón». Cruda, angustiosa e inmisericorde. Abstenerse aprensivos.
No se nos ocurre mejor sitio para ver La abuela que el Principal, sede de nuestro querido @horrorfestival. En tiempos del terror elevado y otras etiquetas absurdas, Paco Plaza tiene claro su bando. Es curioso que una de las pocas pegas que se le puedan poner a su trabajo sea el guión del siempre sorprendente Carlos Vermut, que desvela sus cartas demasiado pronto, al menos para los conocedores del género. No quita para caer rendido ante la pesadilla de esa joven modelo al cuidado de su abuela incapacitada, un claustrofóbico cuento de terror, juego de espejos y muñecas rusas exquisitamente dirigido en el que brillan ambas actrices, una debutante Almudena Amor contra la veterana Vera Valdez. A veces parece que las películas dialoguen entre sí, porque hoy hemos enlazado a un Darío Argento al borde del ataúd con un film de terror senil que coquetea con el giallo. En ambos casos, el verdadero miedo es hacerse viejo.
Si hiciésemos una lista de directores abonados al exceso, es bastante probable que Wes Anderson ocupase los primeros puestos. Ninguna de sus películas lo ejemplifica tanto como The French Dispatch, una colección de cortos tras la estética del imaginario francés reunidos en la crónica periodística de un sosías de The New Yorker, de Jacques Tati al Mayo del 68 pasando por la boina roja, el jersey de marinero y la baguette bajo el brazo. Es indiscutible que cada uno de estos relatos y sus bifurcaciones fascinan por la virguería visual de sus cuadros vivientes o viñetas de un cómic, en los que hay que darle al pause para poder admirar cada detalle, el humor extravagante y el desfile de famosos marcas de la casa. Los fans saldrán extasiados pero uno tiene la sensación de que en estos «caprichos franceses de Wes Anderson» hay tanto de todo -especialmente, de su propio cine- que la película no respira.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 7. 23 DE SEPTIEMBRE
Más de una década llevaba Jane Campion apartada de la gran pantalla, pero su regreso ha sido por la puerta grande. The Power of the Dog transcurre en los vestigios de un Oeste extinto en el que los personajes se aferran a una mitología y un estilo de vida que son también su cárcel personal. Todo el reparto (Kodi Smit-McPhee, Kirsten Dunst y Jesse Plemons)está excepcional pero es un Benedict Cumberbatch transmutado en intimidante cowboy quien nos habla directamente de esas masculinidades impuestas, un retrato que la directora dibuja aunando sensibilidad pictórica y oscura ambigüedad, paisajes exteriores e interiores a los que acompaña una estupenda partidura de Jonny Greenwood. Si el western -crepuscular o no- siempre fue un terreno propicio para el drama, este film nos viene a contar la historia de aquellos que se quedaron en sus sombras.
Cerramos la Sección Oficial a concurso con The Eyes of Tammy Faye, biopic de una famosa telepredicadora estadounidense de los años setenta. La película de Michael Showalter ofrece una historia convencional de ascenso a la fama y caída en los abismos, resultona pero incapaz de rascar más allá del maquillaje de su protagonista en busca de aristas. Tampoco se atreve el guión, no sabemos si por pudor o afán dramático, a abrazar del todo ese kitsch de brillantina tras el que la industria del entretenimiento en la que se convierten las religiones de masas esconde su hipocresía y muertos colaterales. Probablemente, lo mejor del film sea el mimetismo de Jessica Chastain y Andrew Garfield con los personajes que interpretan, difícilmente apreciable por estas latitudes. Es decir: Si algún día se rueda en España una película sobre Aramis Fuster interpretada por Nawja Nimri, ¿se vería en Estados Unidos?
Visto el buen resultado que nos dio el año pasado Antidisturbios, decidimos renunciar a un par de películas para entrar en la proyección de La fortuna, la miniserie de seis episodios que Alejandro Amenábar ha rodado para Movistar+. El resultado es un digno y entretenido thriller político-judicial-arqueológico tras el oro de un galeón hundido, que en su adaptación del cómic original de Paco Roca y Guillermo Corral (El tesoro del Cisne Negro) se acera también al espíritu de las aventuras de Tintín. Amenábar sabe jugar además con el humor de nuestras carencias institucionales y la idiosincrasia española, contrastándolas con la solemnidad y medios norteamericanos, algo que se traslada a la pantalla a muchos niveles, actores incluidos. Funcionan mejor algunas tramas y licencias que otras, pero dice mucho y bueno que nos hayamos visto sus 295 minutos del tirón.
Una de las muchas virtudes del cine de François Ozon es su habilidad para sumar capas a cualquier clase de género y motivo. En Tout s’est bien passé el francés entra en un drama familiar en torno al derecho a una muerte digna y sorprende cómo le bastan unas pocas pinceladas para sintetizar las personalidades de ese padre y sus hijas, de las que se benefician las estupendas interpretaciones de Sophie Marceau, Géraldine Pailhas y André Dussollier, tan contenidas y cargadas de matices como el propio guión. A pesar de un desarrollo en forma de crónica de lo inevitable, sin grandes giros, es un film que emociona sin efectismos, entre la sobriedad y un ligero humor negro. Como de costumbre, Ozon da en el punto justo. No pretende dar lecciones, pero no estaría de más que se la pusieran a algunos moralistas de cuyo nombre no quiero acordarme.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 8. 24 DE SEPTIEMBRE
El documental musical no es un terreno desconocido para Todd Haynes, que ya había dirigido uno dedicado al compositor Stephen Sondheim y, en el terreno de la ficción, aquellas I’m Not There y Velvet Goldmine, sobre las figuras de Dylan, Bowie e Iggy Pop. Su acercamiento a The Velvet Underground es tanto una elegía a Lou Reed, John Cale, Nico y compañía como el retrato de la efervescencia de una época que fue de todo menos convencional. Fiel a esa idea y sus desdoblamientos, Haynes utiliza un montaje de imágenes de archivo vibrante y lisérgico que tampoco renuncia del todo a lo testimonial para analizar esos tiempos y personajes desde la distancia. El resultado es un documental libre y absorbente que, como las canciones de la banda, atrapa y subyuga desde lugares insospechados. La música hace el resto.
La escasez de animación en la programación de este año nos empuja a Zabaltegi para ver La Traversée, cinta francesa premiada en Annecy. En ella, la directora Florence Miailhe se sirve de poéticos dibujos al óleo para contar el viaje de dos hermanos que es también el de todos los niños refugiados de la tierra, consciente en su indeterminación de etnias, lugares y conflictos armados inventados desde una realidad muy tangible. Ciertamente, la historia de esta travesía plagada de peligros, crueldad y algunos brotes de esperanza no se aparta de narrativas que hemos visto otras veces pero, buscado o no, el expresionismo de esos cuadros en movimiento a modo de cuento infantil tiene también un importante sentido simbólico. Como sucedía en The Magic Mountain o Funan, cuando nos faltan imágenes para el recuerdo o las que existen no son suficientes, hay que crearlas.
Toca rellenar huecos y aprovechamos para saldar una cuenta pendiente con Coppola y The Rain People (Llueve sobre mi corazón), proyectada en una copia restaurada en recuerdo de la Concha de Oro que ganó en 1969. Su director de fotografía ponía en contexto esta película de carácter independiente que ejemplifica como pocas el espíritu de libertad de aquella época asfixiado por la realidad norteamericana. Aquí es una road movie protagonizada por una mujer embarazada que huye de casa para buscarse a sí misma y aquellos que va encontrando en el camino, magníficos Shirley Knight, James Caan y Robert Duvall, personajes heridos de uno u otro modo que construyen un relato de descorazonadora melancolía existencialista. Porque, como sucedía en Easy Rider, aunque la carretera pueda parecer infinita, nadie puede sobrevivir a un viaje sin destino definido.
Tras su monumental Retrato de una mujer en llamas, la francesa Céline Sciamma vuelve a explorar el mundo femenino a través del encuentro entre dos niñas que viven un momento delicado. Es importante no entrar en spoilers, porque en esta historia es necesario que el misterio se abra al espectador. Basta con decir que Petite Maman es un pequeño cuento mágico en el que las cosas se narran mediante silencios, gestos o intuiciones. De madres a hijas y viceversa. No sorprenden las referencias al espíritu de los mundos de Hayao Miyazaki que algunos han visto en esta historia. Y es que el film de Sciamma tiene algo de fantasía invadiendo lo cotidiano, de sueño del que uno despierta habiendo aprendido algo, como la pequeña Mei de Mi vecino Totoro en el claro del bosque junto a su casa. Difícil hacer una película tan profunda con semejante sencillez. Preciosa.
Los años setenta fueron epítome del denominado cine quinqui, un género que hacía exploitation de la delincuencia juvenil cuyos máximos exponentes fueron gente como José Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia. En Las leyes de la frontera, adaptación de la novela homónima de Javier Cercas, Javier Monzón viene a trasladar a la pantalla el espíritu blanqueado de aquellas películas contando la historia de un nerd que termina metido en un mundo de atracos, lealtades y drogas a modo de despertar personal excitante y peligroso. La sordidez de la marginalidad se sacrifica en favor del triángulo formado por Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado. Y aunque uno pueda pensar que aquí no hay ni una triste jeringuilla en el brazo, Monzón sabe recrear con nostalgia el inevitable final de aquellas historias de la calle: pisar el acelerador hasta que todo estalle.
Cualquiera que conozca la filmografía de Pablo Larraín sabía que Spencer no iba a ser un biopic de Lady Di al uso. Como en Jackie, el chileno viene a explorar la figura del mito desde la instantánea de un estado mental. Aquí ha filmado un acercamiento a la locura con la más lúgubre elegancia, convirtiendo una Navidad de la Familia Real Británica en la finca de Sandringham- por momentos, un reflejo del Overlook de Kubrick- en asfixiante pesadilla. Como dice la propia Diana, dentro de ese inflexible mundo de máscaras, tradición y protocolos no existen presente ni futuro, solamente un pasado plagado de fantasmas. Larraín sigue demostrando que es uno de los cineastas más interesantes del momento, al mismo nivel que la fotografía glacial de Claire Mathon y la música de Jonny Greenwood que acompañan a una puesta en escena propia de un desfile de moda en una sala de autopsias. Y sí, la Diana de Kristen Stewart también vale un Oscar.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2021
DIA 9. 25 DE SEPTIEMBRE
Confiando en la recomendación del Sr. @felipecabrerizo, decidimos comenzar nuestro último día de Zinemaldi con la copia restaurada de Manicomio (1954), nada menos que el debut como director de Fernando Fernán Gómez adaptando relatos de Poe, Kuprin, Andréiev y Gómez de la Serna. La visita de Fernán Gómez, también actor, a su novia, trabajadora en un hospital psiquiátrico, da pie a una comedia surrealista e inquietante en la que también se dejan ver muchos de los grandes nombres de la época y otros rostros que lo serían unos años más tarde, aparición de Camilo José Cela incluida. Tras enfrentarse a la censura, un presupuesto limitado y una mala recepción por parte del público, toda una rareza que la Filmoteca Española ha tenido a bien rescatar para disfrute de todos con ocasión del centenario de su protagonista. Yo diría que cult movie.
Terminamos el Festival en Zabaltegi con Haruharasan no uta, del japonés Kiyoshi Sugita. Una joven se instala en su nuevo apartamento, pasa noches en vela, acude a trabajar, mira por la ventana y recibe visitas de familiares. No es fácil explicar de qué va esta historia que nunca concreta el trasfondo de esa realidad cotidiana, pero podríamos decir que es la crónica un duelo que se cuenta a través de silencios, tiempos dilatados y objetos de personas ausentes. Este juego contemplativo sin explicaciones se extiende durante dos horas, justificando en parte el goteo de gente abandonando la proyección y las caras de incomprensión a la salida de la sala. No es una propuesta fácil, empeñada en mantener su misterio, pero el espectador también tiene que poner de su parte. Cunde más observarla que descifrarla. Al final, cala.
VALORACIÓN Y CIERRE
Toca terminar estas crónicas tal como las comenzamos el año pasado: felicitando a la organización del Festival por el enorme esfuerzo realizado para que hayamos podido disfrutar de estos nueve días de cine en las mejores condiciones posibles y sabiendo que hemos visto algunas de las mejores películas de la temporada. Sumamos otro Zinemaldi atípico a nuestro historial, especialmente sufrido en lo que nos toca por el nuevo sistema de recogida de entradas para acreditados que nos ha hecho madrugar cada día más de la cuenta. Con un poco de suerte, será el último. Hasta entonces, nos vemos en los cines. Abandonen la sala in an orderly fashion.
Nuestro Palmarés
Concha de Oro a la mejor película: Quién lo impide
Premio Especial del Jurado: Camila saldrá esta noche
Premio Especial del Jurado: La abuela
Concha de Plata a la mejor dirección: Lucile Hadzihalilovic (Earwig)
Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista: Javier Bardem (El buen patrón)
Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto: Urko Olazabal (Maixabel)
Premio del Jurado a la mejor fotografía: Earwig
Premio del Jurado al mejor guión: Fire on the Plain
Premio ¡¿Por qué Rebor?! ¡¿Por qué?!: Vous ne désirez que moi
Premios Flipesci
Gran Flipesci Zinemaldia: Benediction
Flipesci Perlas de Oro: Drive my car
Flipesci Nuevos Directores: Mass
Flipesci Horizontes Latinos: Azor / Una película de policías
Flipesci Zabaltegi: Bad Luck Banging or Loony Porn
Top Zinemaldi
1.- Wheel of Fortune and Fantasy
2.- Drive My Car
3.- The Power of the Dog
4.- Spencer
5.- Quién lo impide
6.- Les illusions perdues
7.- Titane
8.- Petite Maman
9.- El buen patrón
10.- The Velvet Underground
Sin desmerecer: One Second, Competencia oficial, Maixabel, Benediction, Camila saldrá esta noche, Earwig, Les intranquiles, Benedetta, Mass, Fire on the Plain, Ouistreham, La hija, Are You Lonesome Tonight? Vortex, La abuela, The French Dispatch, Tout cest bien passé, La traversée.
Textos: @Fer_Iradier
Fotografías: @javivoland
Galería de fotos: https://www.flickr.com/photos/javivoland/albums/72157673958556408