Crónicas Zinemaldi 2013
Crónica 20/09/2013
Crónica 21/09/2013
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Crónica 28/09/2013
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 20/09/2013
Un año más, los irreductibles cinéfilos del lugar nos damos cita en el Festival de San Sebastián para darnos un atracón de cine sin tregua ni descanso. Veníamos de Venecia con ganas de más y no hemos tenido que esperar demasiado. Aunque ya tenemos unas cuantas ediciones a nuestras espaldas, es nuestro primer año en calidad de acreditados. Habrá que ver cómo nos adaptamos al cambio. De primeras, dedicando un ratito cada día a escribir estas crónicas que esperamos ir publicando puntualmente y sin mucha presión. Al fin y al cabo, jugamos en casa.
Nuestro Zinemaldi comienza pasado por agua: Para cuando llego al Kursaal tengo los pantalones medio empapados. Nuestra primera película es Futbolín, inaugural de la Sección Oficial fuera de concurso, dirigida por el argentino Juan José Campanella. Vaya por delante que se trata de una cinta de animación más que digna, con algunos momentos realmente divertidos, aunque el conjunto sea algo irregular. Lo peor que se puede hacer es compararla con otros referentes del género. Estamos muy malacostumbrados a las excelencias técnicas de Pixar o Dreamworks, aunque en algunas escenas sea inevitable pensar en Toy Story 3. La película se proyecta en unas tres dimensiones que no aportan gran cosa y en castellano del de aquí. Aunque el director insista que tanto la versión argentina como la española se han concebido como originales, lo cierto es que nos quedamos con la sensación de que nos han puesto una copia adulterada. De otra parte, las productoras deberían aprender de una santa vez que utilizar famosos en vez de profesionales del doblaje casi siempre es un error. Lo siento por Arturo Valls y compañía, pero algunas de las voces del film no me resultan creíbles. A pesar de estos puntos en contra, muy disfrutable.
Tenemos tiempo de sobra para comer tranquilamente y dar un paseo antes de entrar a ver The Wind Rises al Victoria Eugenia. En mi caso, es la segunda vez, la única película de la Mostra que voy a repetir, dado mi fanatismo confeso por Miyazaki. Tenía claro que iba a ganar muchos puntos al segundo visionado, tanto que me he dado el gustazo de otorgarle la máxima puntuación nada más recoger el cartón de las votaciones. Lo dije hace unas semanas y lo repito. Kaze Tachinu es un hermosísimo melodrama clásico sobre el imposible de los sueños y el amor en tiempos de guerra, una obra de madurez que es al tiempo testamento fílmico y despedida de su autor. Además, en esta ocasión me ha parecido bastante más cohesionada. Para nada se trata de un Miyazaki menor, como se ha dicho por ahí. Entiendo que la sala se divida entre los que opinan que es una cursilada un tanto alargada y los que se conmuevan profundamente. A mi alrededor, desde luego, predominaban las lágrimas, incluidas las mías. Insisto, la partitura de Joe Hisaishi es absolutamente maravillosa, con ecos a Porco Rosso.
Después de tirar los pañuelos a la basura, nos damos cita en en Teatro Principal para ver el pase de prensa de Enemy. Es la primera vez que lo visitamos en el marco del Zinemaldi, aunque durante el resto del año venga a ser algo así como nuestra segunda casa, Teníamos muchas ganas de ver la película del canadiense Denis Villeneuve, sobre todo después de las buenas referencias que nos habían llegado desde Toronto. Lamentablemente, Enemy es un bluff en toda regla. El director trata de crear una atmósfera enrarecida al estilo Cronemberg, y a buena fe que por momentos lo consigue, pero la base sobre la que se sustenta el drama es demasiado endeble e inverosímil. No hay fondo ni historia para un film de noventa minutos, hasta el punto de sospechar que la novela original de Saramago se podría haber adaptado en forma de corto. Por momentos el conjunto parece un mero ejercicio de estilo al servicio de nada, con ese filtro amarillo nicotina que cubre una ciudad irreal, de rascacielos opresivos. Incluso la interpretación de Jake Gyllenhaal parece forzada. Lo más salvable, algunas escenas pesadillescas y un final absolutamente WTF!
Un error de cálculo me impide llegar a tiempo a Por las plumas, de Nuevos Directores, así que terminamos el día con apenas cuatro películas en nuestro haber. Eso sí, el último plato del día no puede ser más contundente. Nada más y nada menos que tres horas de maratón nocturno con La vida de Adele. Inexplicable pase único en el cubo pequeño y muy pocos sitios libres. Menos mal que estuvimos avispados y nos aseguramos una entrada nada más ponerse a la venta. Sale a presentarla su director, el francés Keniche Abdellatif, recibido con una gran ovación. Se ve que la gente le tiene ganas. De la película me convence bastante más lo que toca al descubrimiento de la sexualidad de su protagonista, incluidas esas polémicas y sorprendentemente explícitas escenas de sexo, que la historia de amor propiamente dicha. No sabría decir exactamente por qué, pero la relación de la pareja no me termina de llegar, sobre todo cuando pienso en Un amour de jeneusse o, en un registro muy diferente, Laurence Aniways. Supongo que el premio de Cannes y todo el hype que la ha rodeado me han jugado una mala pasada. O tal vez me ha podido lo intempestivo del horario. Eso sí, las interpretaciones de las dos actrices son de quitarse el sombrero, especialmente la de Adéle Exarchopoulos. Hay que decir que la adaptación del cómic original es muy libre, tanto por las cosas que omite como por las muchas que adiciona o cambia. Total, las cuatro de la mañana y yo aquí escribiendo frases inconexas. Mal asunto si tengo que recurrir al Red Bull al segundo día…
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 21/09/2013
Segundo día de Zinemaldi y empezamos a acusar ya el cansancio acumulado. La sesión de La vida de Adele tenía mucho peligro y las pocas horas de sueño se han dejado notar al sonar el despertador. Menos mal que el horario de los pases de prensa nos deja descansar un ratito más de lo habitual. Vamos a intentar pasar sin sustancias dopantes de momento. Todo sea por ir publicando a la mayor brevedad posible estas crónicas, que iremos añadiendo a esta misma entrada a día vencido si todo sale según lo previsto. Sarna con gusto no pica, sobre todo con proyecciones tan resultonas como las de hoy.
Comenzamos con la venezolana Pelo Malo, de Sección Oficial a concurso, una cinta que nos había despertado cierta curiosidad más allá de su llamativo título. En ella, la directora Mariana Rondón enfoca las miserias y absurdos de su país a través de un pequeño conflicto familiar en una barriada de Caracas. Para lo que suelen ser este tipo de propuestas latinas, bastante fácil de ver, sobre todo gracias al punto de vista del chaval protagonista. No hay que descartar un posible premio para la excelente interpretación de la actriz Samantha Castillo. Aprovecho un espacio entre películas para pasarme por las instalaciones del Kursaal, en las que no había estado hasta ahora. Con el Wifi del recinto no me lleva mucho tiempo subir la crónica de ayer. Descubro además que tenemos a nuestra disposición una neverita con latas de Red Bull gratis para casos de emergencia. Bendito sea al que se le ocurrió la idea.
Vuelvo al Victoria Eugenia para ver Like Father, Like Son, de Hirokazu Koreeda, Premio del Jurado en Cannes que llega aquí en forma de Perla. Al igual que me ocurre con Miyazaki, no soy objetivo con este director. No me ha decepcionado desde Air Doll y tampoco iba a hacerlo con este drama sobre dos niños intercambiados al nacer. El japonés habla de la importancia del afecto sobre los vínculos de sangre a través de una película tremendamente sutil en la exposición de su drama, tan sosegado como intenso. Solo un maestro como él puede hacer fácil algo tan difícil. Ni que decir tiene que la dirección de actores vuelve a ser soberbia. Otra joyita que sumar a las excelencias de Still Walking y Kiseki. Entre The Wind Rises y ésta, me van a dejar seco el lagrimal. La ovación en el pase de la tarde ha debido ser espectacular. La verdad es que me hubiese gustado ver a Koreeda en persona, al que me presentaron sin yo saberlo hace un par de ediciones. Es una de las desventajas que tiene el no poder acudir a esos pases donde los autores suben al escenario a presentar sus trabajos.
Se nota que es sábado y hay partido, porque la parte vieja está abarrotada. Intentamos agenciarnos un bocadillo pero al final decidimos darnos el capricho de comer en un italiano. Ya llegarán días de comer de prisa y corriendo… o hasta de ayunar. La tarde-noche la pasamos entrando y saliendo del Teatro Principal. Primero, con Le Week-End, a cargo de Roger Michel, el director de Nothing Hill. Lo mejor de la película es la pareja formada por Jim Broadbent y Lindsay Duncan, destilando una intensa química entre ellos. Más de uno ha comentado a la salida que esta historia de amor en la tercera edad podría verse como un nuevo capítulo de senectud de los amoríos de Ethan Hawke y Julie Delpy. Tampoco desentonaría como un segmentos de Paris, je t’aime si durase menos. Tal y como vaticinaba hace unos días, ha resultado ser un estupendo medidor de tacañones. No está mal, pero no pega demasiado a concurso.
La siguiente de la tarde es Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia. La aglomeración que se forma para entrar al Principal es impresionante. Suerte que nuestro pase verde nos da prioridad sobre otros acreditados y nos hemos puesto a la cola con suficiente antelación, porque sospechamos que más de uno se ha quedado fuera. La película da lo que promete: acción, un freak parade de monstruos y el humor gamberro marca de la casa, todo a costa de la guerra de sexos. En algunos momentos me ha venido a la cabeza Abierto hasta el amanecer. Eso si, hacia el final la cosa se descontrola por completo, hasta convertirse en un batiburrillo de efectos digitales e irrintzis un tanto desconcertante. Indudablemente menor dentro de la filmografía del director, pero con algunos momentos muy divertidos. Lo mejor del reparto, un Mario Casas que se come la pantalla cada vez que aparece. En la Semana de Terror hubiese triunfado.
Para la última del día se nos ofrecen dos posibilidades, ambas israelíes: $9,99 en Animatopia o Funeral at Noon, de Nuevos Directores. Optamos por la segunda, que no es muy larga y nos deja en casa a una hora prudencial. El debutante Adam Sanderson rueda un drama rural ambientado en lo que suponemos son los años cincuenta de su país. La película es bastante durilla para estas horas de la noche, con sus pocos diálogos y su ritmo contemplativo, pero tiene algunas cosas interesantes, como su tensión de fondo dilatada en el tiempo, un final abiertamente misterioso o esa fotografía luminosa de bosques y ruinas. A la salida sigue habiendo un ambientillo majo en las calles, pero resistimos la tentación de quedarnos a tomar unas cañas o un helado. Lo agradeceremos cuando nos vuelva a sonar el despertador. Mañana, más y -con suerte- mejor.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 22/09/2013
Hemos pillado carrerilla y ya no hay quien nos pare. Hoy tocaban nada menos que seis películas… aunque no tan buenas como nos hubiese gustado. La ciudad nos ha recibido con un esplendido cielo azul, abandonando definitivamente la lluvia del primer día. Hemos entrado razonablemente descansados a ver la primera a concurso de la jornada, Mon âme par toi guérie, del francés François Dupeyron. El gran problema de la película es un drama terriblemente disperso, con historias de personajes secundarios que entran y salen del plano sin aportarnos gran cosa. Detrás de toda la premisa de la curación milagrosa hay una serie de gente perdida que se hace daño a si misma y a los demás en vez de ayudarse mutuamente, pero todo esto está contado del peor modo posible. Se intuye que al director se le ha ido la mano al adaptar su propia novela. Le hubiese venido bien un guionista que le parase los pies en todos esos momentos que pasan de lo poético a la vergüenza ajena. Especialmente horrible es el uso de las canciones, fatalmente integradas desde los primeros berridos de Nina Hagen. Xavier Dolan debiera enseñarle un par de cosas al respecto al director. He tratado de darle un voto de confianza, pero resulta imposible salvarla de la quema. Muy floja.
El nivel se recupera bastante con Gloria, de Perlas. La película del chileno Sebastián Lelio se construye sobre una magistral interpretación de la actriz Paulina García, que hace suyo y creíble este retrato del amor, la soledad y el sexo a las puertas de los sesenta. También es verdad que podría durar media hora menos, pero desde luego a mí me llega. El público la ha ovacionado con ganas. Salimos corriendo del Victoria Eugenia para meternos directos al Teatro Principal a ver Japanese Dog, de Nuevos Directores. Se trata de un drama rumano protagonizado por un anciano anclado a su pueblo al que un día visitan su hijo emigrado junto a su esposa e hijo japoneses. El conjunto es un tanto inverosímil, demasiado trillado para sorprender y demasiado de autor como para no aburrir. Es bien sabido que Nuevos Directores tiene más peligro que un mono con una escopeta, pero la verdad es que estamos teniendo muy mala suerte con esta sección, a tenor de lo que nos cuentan de todas las que no hemos visto. Mis compañeros de butaca se han dedicado a tomarme el pelo con la duración de la película para pasar el rato. Ese es el nivel.
Volvemos a subir puntos con Fruitvale Station, que venía avalada por el gran premio de Sundance. Está basada en el asesinato de un joven de color por parte de la policía que conmocionó a Estados Unidos hace unos años. Puede que sus engranajes sentimentales sean demasiado evidentes, reconstruir la vida íntima de un personaje entrañable para luego golpearle con un palo en la cabeza, pero no tiene trampa ni cartón. El drama se muestra desde el primer minuto, tan bien rodado e interpretado que se sigue con interés a pesar de conocer los hechos reales originales. Cierto es que la historia es muy del gusto del espectador americano, dentro del discutible concepto del cine indie. De hecho, se dice por ahí que los Weisenstein han metido mano a la copia de la película con respecto a lo que se vio inicialmente en el festival de Robert Redford. En todo eso pensamos mientras hacemos cola para la siguiente película. Hoy no tenemos tiempo ni para comer.
Entramos con muchas ganas a ver Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, una de las presumibles favoritas a la Concha de Oro. Quizá por eso nuestra decepción ha sido mayúscula. La película es intachable en lo cinematográfico, con una planificación absolutamente magistral. Es en el extraño retrato de su personaje protagonista donde no funciona. Una pena que el director opte por enfocar la historia de este caníbal granadino desde un punto de vista tan frío y anticlimático. El resultado buscado es un film del que el espectador se siente completamente desvinculado, como si lo observásemos a través de un cristal, una imagen que de hecho se repite varias veces en la película. El gran talento de Antonio de la Torre está desaprovechado y tampoco Olimpia Melinte consigue hacernos entender qué motivaciones hay detrás de los actos de uno u otro. No tengo claro si el problema es de la historia o mío, por no haber conseguido entrar en ella, pero nos hemos llevado un buen chasco. Curiosamente, las dos cintas que mejores referencias traían de Toronto, esta y Enemy, han resultado ser los mayores bluffs. Qué malo es el hype, pensarán algunos. Y no sin razón.
Al cruzar el puente somos testigos del furor que despiertan las presencias de Hugo Silva y Mario Casas a las puertas del Kursaal. Los gritos las fans se escuchan en kilómetros a la redonda. Por fortuna, la última del día era una apuesta a caballo ganador. Aunque ya viera Paprika en pantalla grande en su día en la Semana de cine Fantástico y de Terror, e incluso la tenga en casa en DVD, el maestro Satoshi Kon se merecía un homenaje en condiciones. Han pasado ya tres años desde que un cáncer se lo llevara prematuramente, una pérdida especialmente llorada por los amantes del cine de animación. Era de lejos el director más interesante de su generación y le quedaba todavía una larga carrera por delante. Nada mejor que recordarle volviendo a ver su último largometraje en el cine, ese Trueba que tanto frecuentamos a lo largo del año. La experiencia ha sido puro disfrute. Su ciencia-ficción onírica y metacinematográfica sigue tan fresca como la recordábamos. A la postre, lo mejor de un día bastante irregular. Veremos si mañana mejora la cosa.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 23/09/2013
Esta mañana de lunes nos ha costado un rato largo abrir los ojos. La jornada de ayer fue dura y necesitábamos urgentemente ver unas cuantas películas que nos levantasen el ánimo de nuevo. La cosa no ha podido empezar con peor pie, aunque a lo largo del día ha ido remontando a pasos agigantados. Oktober November, del austriaco Gotz Spielmann, ha resultado ser un tostón importante, sobre todo para primeras horas de la mañana. El drama de este reencuentro familiar en los Alpes y sus secretos desvelados es propio de un telefilm, pero lo peor es que no llega a emocionarnos en ningún momento. Hay una buena base para las lágrimas, pero todo resulta encorsetado formalmente y, en última instancia, aburrido. Alguno dormitaba en su butaca, uniendo sus ronquidos a los estertores del anciano padre de familia. Literalmente. Lo más destacable, el desconcertante momento de la proyección astral, entre lo experimental y la desvergüenza. Otra cinta a concurso que no está a la altura. Una pena por el buen hacer de los actores.
La cosa se anima con Child’s Pose, de Perlas. Su enfoque de los pocos escrúpulos de una familia de la alta sociedad rumana frente a un accidente mortal me ha recordado por momentos a la iraní Nader y Simin, una separación, que también ganó un Oso de Oro en Berlín. La mitad de la película es un tour de force de la veterana actriz Luminita Gheorghiu. Esa última interpretación sostenida ante la cámara durante varios minutos es de quitarse el sombrero. Habida cuenta de nos habían hablado muy mal de La mujer conejo y no queríamos volver a las andadas, hemos decidido descartarla en favor de una sobremesa más relajada. Todavía tengo Gravity reciente en la memoria de Venecia, así que he decidido empezar la tarde escapándome en solitario a ver El rey de Canfranc, documental español sobre la vida de Albert le Lay, personaje clave en la lucha de la resistencia francesa contra los nazis durante la ocupación alemana. Es un trabajo modesto al que se le pueden cuestionar algunas de sus licencias y recreaciones históricas, pero lo que cuenta es interesante y está correctamente enfocado a través de testimonios e imágenes de archivo. Semejante biografía podría dar para una película de ficción muy potente.
Nos pasamos un rato por el Kursaal para ver la rueda de prensa de Gravity, con la presencia del director Alfonso Cuarón. Coincido en eso de que su película es tan espectacular que debiera ser obligatorio verla en el cine. Por ahí andaba también un viejo conocido de la Semana de Terror, Bill Plympton, que ha venido a presentar Hair High y el cartel de la retrospectiva de cine de animación que ilustra. Nos ponemos a la cola para ver la siguiente de la Sección Oficial a concurso, Vivir es fácil con los ojos cerrados. Absolutamente a favor del buen rollo que desprende esta película con la que David Trueba ha querido retratar la España de los años sesenta desde un lateral de la historia, la visita de John Lennon a Almería con ocasión del rodaje de una película. Estupendo el trío de actores protagonista, sobre todo un Javier Cámara al que dan ganas de darle un abrazo. Como dato curioso, descubrimos en los agradecimientos del film que el personaje del maestro tiene una base real. Ha habido fuertes aplausos en la sala y división de opiniones a la salida. Resulta imposible no disfrutar de una historia tan entrañable como esta. A no ser que uno sea un tacañón recalcitrante, claro.
Volvemos a cerrar el día con Animatopia en detrimento de Nuevos Directores. De momento, la jugada nos está saliendo redonda. Metropia es una producción nórdica de ciencia-ficción distópica, con su futuro gris de megacorporaciones y su toque conspiranoico. Está realizada con una técnica de animación mezcla de fotografía y CG que convierte a los personajes en una especie de Thunderbirds hiperrealistas que dan bastante mal rollo. Algunas de las ideas de la película son muy originales, como ese sistema de metro europeo de alta velocidad. Entre los dobladores, Vincent Gallo, Juliette Lewis y Udo Kier. Nos sorprende encontrarnos también a Stieg Larson detrás del guión. Como poco, curiosa. Un cierre aceptable para un día muy provechoso. El calor insoportable de la sala del Príncipe da paso una noche de verano impropia del mes de septiembre. Seguro que mañana nos levantaremos igual de cansados, pero también un poquito más dispuestos.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 24/09/2013
Pasamos el ecuador del festival sin relajar nuestro ritmo de cinco películas diarias. Hoy empezamos la mañana con Quai d’Orsay, de Bertrand Tavernier. Su radiografía de los entresijos de la alta política francesa es estupenda, a medio camino entre la caricatura y la dignidad en el retrato de sus personajes. La adaptación con respecto al cómic original se intuye muy fiel. Sólo le puedo echar en cara una duración un tanto excesiva que termina por hacer repetitivos algunos chistes. Thierry Lhermitte puede posicionarse desde ya como un firme candidato al premio al mejor actor con su interpretación de este Ministro de Asuntos Exteriores émulo de Villepin. Seguramente muchos no la tendrán en cuenta por tratarse de una comedia, pero es de calle una de las mejores cintas a concurso.
Después nos hemos acercado a la rueda de prensa de Vivir el fácil con los ojos cerrados, con David Trueba y los actores. Comprobar que Javier Cámara es igual de gracioso en persona que sus personajes no tiene precio. A la salida nos encontramos en la disyuntiva de entrar a ver una de Nuevos Directores o Perlas. En estos casos suele interesar decantarse por aquellas películas que difícilmente vayan a estrenarse en nuestro país, pero hoy hemos preferido no arriesgarnos. Lo sentimos por Of Horses and Man, porque nos han hablado muy bien de ella y no vamos a poder encajarla en ningún pase. En su lugar, About Time es una comedieta romántica de viajes en el tiempo que, poco a poco, va derivando hacia el drama. Como Cashback pero sin tanta mala leche. El conjunto está un poco alargado y es muy blanco -azucarado, para más señas-, pero entretiene, que no es poco. Además, he caído perdidamente enamorado de Rachel McAdams. Buenrollista, bienintencionada y con moralina final. ¡Danzad, tacañones, danzad!
A la hora de comer estábamos citados en el Zinema Corner con ocasión del segundo encuentro tuitero del Zinemaldi, que esta vez ha desbordado todas las previsiones de asistencia. Sólo faltaba Boyero. Una pena que con tanta gente sea imposible hablar con todo el mundo. Los más animados hemos dejado a un lado las copas para acercarnos a ver Sigo siendo al Teatro Principal. Solamente hemos aguantado dos hasta el final. Y es que el documental de Javier Corcuera intenta abarcar demasiado en su denso retrato de la tradición musical peruana. He de decir que cuando las guitarras españolas han sustituido a las tonadas folclóricas de los Quechua he recuperado un poco el interés. Para los muy apasionados de la materia.
Volvemos a las butacas del teatro para ver The Railway Man, elegante drama bélico protagonizado por un excelente Colin Firth. Tampoco está mal Jeremy Irvine en la juventud del protagonista. La presencia de Nicole Kidman es bastante anecdótica, pero suponemos que venderá lo suyo. El drama real de este prisionero de guerra traumatizado no me termina de llegar, aunque se trata de una muy buena película de corte clásico. La referencia a Breve encuentro y El puente sobre el río Kwai era ineludible. Desde luego, el comité de selección ha hecho un gran esfuerzo para que en la Sección Oficial haya películas de toda clase y condición. Para durar casi dos horas, no se me ha hecho larga en ningún momento. Y eso que un molesto picor en un ojo me ha impedido disfrutarla en condiciones. Tiraremos de colirio, que estos días no podemos prescindir de la vista.
Para terminar la jornada, volvemos a la animación con The Piano Turner of Earthquakes, una película que me habían recomendado encarecidamente. Imagen real y stop-motion se dan la mano en esta obra de autor absolutamente inclasificable, una especie de cuento gótico sobre un doctor loco que secuestra a una soprano para transformarla en un autómata. No es de extrañar que uno de los productores de esta ida de olla tan poética como indescifrable sea Terry Gilliam. Por momentos nos ha recordado al Drácula de Coppola, con esa atmósfera recargada, barroca y operística, incluso en la música. Probablemente, la cosa más extraña de todas las que vayamos a ver en este Zinemaldi. Por lo pronto, me ha dejado con ganas de investigar al respecto. Pero basta por hoy. La cama me reclama poderosamente.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 25/09/2013
Hoy hemos tenido otro intenso día de cine, con seis películas programadas en nuestra apretada agenda. Apenas hemos hecho otra cosa que desplazarnos entre sesión y sesión, así que iremos directos al grano. Comenzamos con Club Sándwich, del mejicano Fernando Eimbcke, al que veníamos siguiendo la pista desde aquella pequeña maravilla llamada Lake Tahoe. Volvemos a encontrarnos con una película pequeña, construida con un puñado de personajes y localizaciones, sólo que en esta ocasión Eimbcke pone su mirada minimalista al servicio de la comedia. Todo para acercarse una vez más al misterio universal de la adolescencia, las relaciones familiares y el despertar sexual. Un aviso para navegantes: Hay que darle un voto de confianza durante muchos minutos, pero cuando el roce entre la madre, el hijo y la tercera en discordia alcanza su clímax las risas están garantizadas. A destacar la interpretación de la actriz María Renée Prudencio. No desmerecería un premio.
Dejamos a un lado la Sección Oficial para seguir con Perlas. En A Touch of Sin, Jia Zhangke enlaza cuatro historias de violencia en la China de las desigualdades, tocando temas de fondo como el machismo, la pobreza o la explotación laboral. La película mantiene el nivel a lo largo de todos sus retratos de personajes, aunque cada cual tendrá sus favoritos. En mi caso, la reversión de Perros de paja del primero y ese momento eminentemente japonés del apuñalamiento en el prostíbulo. Menos sesuda que otras cintas del director -también más entretenida y accesible-, pero un gran trabajo al fin y al cabo. Nos movemos a toda prisa al Teatro Principal para ver The Gambler, del lituano Ignas Jonynas. Su película comienza fuerte pero no sabe dosificarse, intentado noquear al espectador constantemente sin dejar huecos para la sutileza. La premisa de un grupo de sanitarios que idean un sistema de apuestas en función de la esperanza de vida de sus pacientes ya era suficientemente interesante por sí sola; no hacía falta añadirle más dosis de sordidez y dramatismo al asunto. Con todo, una película bastante interesante. Nada mal para Nuevos Directores.
Esta vez nuestra cita diaria con Animatopia es a mediodía. Peur(s) du noir reúne a varios referentes del mundo de la ilustración para ofrecernos diferentes versiones del miedo a través de pequeños cuentos de terror. Es un tanto irregular, pero las aportaciones de Bluch y, especialmente, la historia de casas encantadas en claroscuro que cierra esta película de episodios me han parecido excepcionales. Primera hora de la tarde y nos hemos ventilado ya cuatro largometrajes. No se nos atragantan, porque entramos con ganas a Devil’s Knot a pesar de las malas críticas que nos han llegado desde Toronto. Esta ficción de unos famosos asesinatos reales de niños es un Egoyan comercial sin su sello de autor, no tan horrible como para justificar los gritos de protesta que se han escuchado en los créditos tachándola de telefilme. Se oye a mucha gente diciendo que determinadas películas no debieran estar en la Sección Oficial, lo cual abre un debate sobre los criterios a tener en cuenta a la hora de seleccionar una cinta a concurso. Personalmente, de Devil’s Knot me ha interesado más la trama judicial que el drama de los personajes. Habrá que ver esos prestigiosos documentales sobre el tema, referenciados incluso de pasada en un momento dado de la película.
Y cerramos el día con Dallas Buyers Club, Perla con letra mayúscula. Se trata de un biopic de la poco conocida historia de Ron Woodrof, un hombre que combatió a su manera contra las farmacéuticas en los inicios de la lucha contra el SIDA. Que paren ya las rotativas y le den el Oscar a Matthew McConaughey. No tengo palabras para definir la magnitud de su interpretación. Inmenso es poco. Y la de Jared Leto en calidad de travesti drogadicto tampoco se queda corta. Es de esperar que el film de Jean-Marc Vallée arrase en los premios de la Academia: Esta historia de superación de un hombre hecho a sí mismo es de esas que encandilan al espectador americano. Y al de aquí, a tenor de lo escuchado a la salida. Me hubiese gustado que después de un comienzo tan crudo no derivara tan rápidamente hacia el terreno de lo lacrimógeno, pero quitando esta apreciación personal, estamos ante un verdadero peliculón. Inmejorable manera de cerrar un día muy redondo.
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CRONICA 26/09/2013
No descansamos ni al séptimo día. Blasfemias aparte, nos las hemos ingeniado para volver a cuadrar otras seis películas en la programación de hoy. Parece un número imposible de superar, aunque ronda por mi cabeza el borroso recuerdo de haber llegado hasta el siete en alguna otra edición del Zinemaldi. Empezamos con For Those Who Can Tell No Tales, sobre la memoria histórica de la guerra de los Balcanes a través de los ojos de una turista. O mejor dicho, de cómo se hace desaparecer esa memoria junto con la huella de sus atrocidades. El mensaje que subyace detrás de su final cortado en seco está claro: no se puede profundizar donde ya no queda rastro del horror. Ciertamente, la autoría del film la comparten en un porcentaje discutible la directora bosnia Jasmila Zbanic y la actriz australiana Kym Vercoe, representando aquí sus propias vivencias. No es ninguna maravilla, pero tiene sus puntos de interés. Otro trabajo injustamente vapuleado por el público acreditado del festival. Y van…
Seguimos con Jeune et jolie, uno de los platos fuertes de la sección Perlas. Cuenta la historia de una adolescente que se prostituye por voluntad propia, un tema que bien podría haber caído en el morbo o la sordidez pero que François Ozon transforma en un delicado retrato de la soledad y el poder del sexo a través de las estaciones. Algo así solamente está al alcance de los más grandes directores. A destacar el papel protagonista de la joven y bonita Marine Vatch y la preciosa banda sonora de Philippe Rombi. De notable alto. Después nos toca sufrir otra de Nuevos Directores con la estadounidense Mother of George. La película aborda los problemas de un matrimonio nigeriano afincado en Brooklyn, retrato de una comunidad étnica condicionada por sus costumbres. Es una pena que el director Adrew Dosunmu parezca más interesado en practicar ejercicios de estilo que en desarrollar el guión, intercalando primeros planos de los coloridos vestidos africanos con composiciones a cada cual más artificial. A este drama le hubiese sentado mejor un acercamiento naturalista y no tan de escuela de cine. Interesante en lo que cuenta pero fallida en el cómo.
Estrenamos por fin la retrospectiva dedicada a Nagisa Oshima con Band of Ninja, adaptación de un manga del dibujante Sampei Shirato a través de las viñetas estáticas del propio cómic. Desde luego, es muy discutible que esto sea cine de animación. Mi compañero de butaca y yo hemos disfrutando como enanos de ese dibujo japonés clásico que por momentos recuerda al trabajo de Osamu Tezuka. Una rareza experimental de samurais para los más incondicionales del género. Después de un agradecido descanso, entramos a ver La herida, ópera prima del español Fernando Franco y última cinta a concurso. Este drama sobre una joven con trastorno de personalidad se construye en base a una cámara que no se despega ni un sólo momento de su sujeto de estudio, difuminándolo todo a su alrededor. Estupendo trabajo, aunque puede que la evolución de la protagonista pase desapercibida para algunos espectadores. Hemos visto interpretaciones femeninas muy buenas en esta edición del festival, pero la de Marian Álvarez se lleva la palma por su contención y sutileza. Merece premio.
Terminamos con L’image manquante, extraordinario documental del director camboyano Rithy Pahn premiado en Cannes. Su premisa puede parecer una extravagancia sobre el papel: reconstruir con muñecos de barro el reinado de terror de los Jemeres Rojos. Sin embargo, debidamente filmados, los dioramas del film terminan componiendo con un verismo sorprendente el espeluznante paisaje de uno de los mayores genocidios del siglo veinte. Esta elección formal no es un mero capricho. De este modo, Pahn busca recuperar -e incluso crear de cero- todas esas imágenes de la tragedia perdidas en el tiempo y la memoria, una denuncia salpicada por la rabia que también guarda un espacio para el recuerdo de una familia asesinada a manos de los secuaces de Pol Pot. Es imposible permanecer impasible ante semejante trabajo. De esos que dejan marca. Y con esto, damos por terminado el día. Mañana habrá que madrugar para poder entrar tranquilos al pase de Prisoners. Esperamos sobrevivir al huracán Hugh Jackman.
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CRONICA 27/09/2013
Entramos en la recta final del Zinemaldi. Después de una semana a pleno rendimiento, comenzamos a acusar los síntomas del cansancio, sobre todo con el calor de estos días veraniego. En honor a la verdad, hay que decir que este año el sueño nos ha respetado bastante, a pesar de redactar estos textos a horas intempestivas. Ventilada la Sección Oficial a concurso, empezamos el día con Prisoners, la película del Premio Donostia a Hugh Jackman que dirige el canadiense Denis Villeneuve, también presente con la controvertida Enemy. Es un thriller de caza al secuestrador un tanto convencional, pero consigue mantener el interés durante sus casi dos horas y media de duración, que no es poco. Lo cierto es que prometía más para una trama con tanto cliché del género. En cuanto a las estrellas invitadas, Jackman le come la tostada a Jake Gylenhaal con su papel de padre que decide tomarse la justicia por su mano. Sin aspavientos ni grandes virtudes. Correcta.
Vamos cerrando Perlas con L’Amour est un Crime Parfait, de los hermanos Larrieu. La historia de este libertino profesor de literatura sobre el que pesa la desaparición de una de sus alumnas se queda a medio camino entre la intriga y el drama, un terreno que se va abonando a la pretenciosidad. La relación del protagonista con su hermana, el enfoque sexual, esa universidad con el paisaje de las montañas suizas de fondo… Todo es artificial e impostado. A pesar del buen hacer del actor Mathieu Almaric, la película se me ha atragantado desde el minuto uno. Habrá que verlo por el lado positivo: Es la única Perla que suspendo este año. Seguimos con otra francesa, 9 mois ferme, de Albert Dupontel. Sorprende encontrar aquí esta negrísima comedia del absurdo sobre una jueza que se queda embarazada de un criminal después de una noche loca, un auténtico soplo de aire fresco entre tanto cine de autor sesudo. Vale, el humor del film es chabacano y según algunos indigno de Perlas, pero el que busque risas sin complejos las va a encontrar. Impagables sus escarceos con el gore y los cameos de gente como Terry Gilliam o Jean Dujardin. Tanto como las caras de todos esos tacañones que han huido corriendo al poco de empezar la proyección.
No hemos querido entrar a la rueda de prensa de Prisoners, pero tampoco nos hemos quedado sin ver al invitado de honor de esta edición. Nuestra llegada al Kursaal ha coincidido con la entrada de Hugh Jackman a la gala de entrega del Premio Donostia. Impresionante la oleada de gente que se apelotonaba alrededor de la alfombra roja. El actor ha estado simpatiquísimo con todo el mundo, firmando autógrafos y haciéndose fotos con sus seguidores durante un buen rato, bis desde la puerta de la sala incluido. A la salida, la misma historia. Ojalá todos los famosos demostraran tanta cercanía. Dejamos a Lobezno en el Cubo grande y entramos al pequeño para ver Harmony Lessons, del desconocido Emir Baigazin. Su película comienza con el sacrificio y posterior despiece de una oveja. Viene a darnos una idea de la visceralidad de esta historia de acoso escolar y crimen en una escuela de Kazajistán, tan cruda en la descripción de ese cosmos estudiantil corrupto como en la violencia de sus imágenes poéticas. El director construye una inquietante ambigüedad dejando fuera de plano algunos momentos claves de la historia. Estupendos los jóvenes actores protagonistas. Muy, pero que muy interesante.
La última de la jornada también es de Zabaltegi, esta vez en el Teatro Principal. Se trata de Violet, dirigida por el donostiarra Luiso Berdejo, del que nos gustan especialmente sus cortometrajes La guerra y For(r)est in the des(s)ert. Su historia en torno a la búsqueda de un amor desconocido desde Los Ángeles es absolutamente inclasificable, incluyendo visiones del más allá en formato de video doméstico, gurús espirituales predicando la nada del Facebook desde un jacuzzi y numerosos ecos a la ciudad de San Sebastián. Puede que a muchos se les atragante su estética de Instagram, polaroids, dibujos de James Jean y otras cosas de modernos, pero sabe tomarse en broma a sí misma cuando lo requiere. Si Arteuparte fuese una película, sería esta. Hemos sido de los pocos que la hemos disfrutado. Pasan las dos de la madrugada y toca cerrar esta crónica a tiempo para dormir algo antes de enfrentarnos al último día del Zinemaldi. Mañana, palmarés, despedida y cierre.
FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2013
CRONICA 28/09/2013
Todo lo bueno termina, y el Zinemaldi no es una excepción. Nos pegamos el último madrugón para entrar al pase del público de The Young and Prodigious T.S. Spivet, clausura de la Sección Oficial. La película de Jean-Pierre Jeunet es bonita y entrañable. Lástima que el director decida romper el tono amable del film en última instancia, cargándose buena parte de su encanto. Eso sí, se agradece ver a Helena Bonham Carter en un papel que implique algo más que hacer de loca. Como viene siendo habitual en estos casos, las tres dimensiones no aportan gran cosa al relato. Nos vamos a arrepentir de haber descartado en el último momento el monstruoso pase de la filipina Norte, the End of History, pero también apetecía ver alguna con la pareja… y había que tenerlos muy bien puestos para meterse semejante maratón de cine a estas alturas de festival, prologo incluido. Por lo que nos han comentado los pocos valientes que han aceptado el reto, la película de Lav Diaz merecía mucho la pena.
Aprovechamos la mañana para confeccionar nuestro palmarés alternativo. Este año hemos añadido dos galardones de nueva creación a los tradicionales Premio joyita y ¿Por qué Rebor? ¿Por qué? Siguiendo la tónica de los últimos días, el resto de la jornada lo vamos a dedicar a Animatopia. Tenemos tiempo para pegarnos una merecida sesión de pintxos hasta el pase de The King of Pigs. Ya habíamos estado antes en la sala de proyecciones del Museo San Telmo, así que sabíamos a qué atenernos, pero eso no quita para decir que dicho foro no es el adecuado para estos menesteres. Una pantalla de televisión con el volumen bajo y los ruidos de la calle de fondo no son condiciones para ver una película. La organización del Zinemaldi debiera tomar nota. El largometraje de Yeun Sang-ho, en torno al acoso escolar a una serie de chavales mentalmente inestables, también podría funcionar como una película de imagen real, con ese tratamiento de la violencia tan propio de la cinematografía surcoreana. No me entusiasma demasiado.
Pasamos al Príncipe con A Liar’s Autobiography: The Untrue Story of Monty Python’s Graham Chapman, original acercamiento a la figura del humorista británico fallecido en 1989. Las diferentes etapas de la vida de Chapman se cuentan aquí mediante fragmentos a cargo de diferentes estudios de animación, desde sus años de infancia hasta su alcoholismo pasando por su homosexualidad. Como si de una película de los Monty Pyton se tratase, el alocado conjunto es un tanto disperso e irregular, pero también interesante. Estoy seguro de que se me ha escapado más de una referencia. Una buena muestra de los nuevos caminos del cine de animación que ha pretendido reivindicar la retrospectiva de este año. Después toca pasarse por la sala de prensa del Kursaal para ver la retransmisión de la gala de clausura, donde la organización ha tenido a bien prepararnos un pequeño convite. Diré solamente que el palmarés de este año me ha parecido muy razonable. Puede que no esté de acuerdo con todos los premios, pero nadie ha meado fuera del tiesto.
Nada más recibir a los premiados, salimos corriendo de vuelta al Príncipe para entrar a ver Tatsumi, nuestra última película del festival, sobre la vida y obra del famoso mangaka. El director Eric Khoo acierta al alternar el tono melodramático de la biografía del japonés, tal y como se cuenta en su obra Una vida errante, con la dureza de varios de sus relatos pioneros del género gekiga. Un magnífico descubrimiento presidido por una banda sonora preciosa. Indispensable para cualquier estudioso del cómic que se precie. De hecho, resulta revelador que la película se abra con un recuerdo al maestro Osamu Tezuka. No exagero si digo que es una de las mejores que hemos visto en todo el festival. Lo siento por Oshima y los Nuevos Directores, pero centrarnos en Animatopia ha sido todo un acierto. Como queriendo poner punto final a estos días de cine, la lluvia hace finalmente acto de presencia sobre la ciudad. Una gozada cerrar el Zinemaldi de esta manera.
Toca hacer balance de esta 61 edición del Festival de San Sebastián. Han sido nueve días intensos en los que hemos llegado a abarcar casi medio centenar de películas, aunque nos han quedado pendientes algunas como Wolf, Heli, Of Horses and Men o 20 Feet from Stardom. Ya sabemos que no se puede llegar a todo. En cuanto a la calidad de la Sección Oficial, para nada de acuerdo con esas voces que dicen que el nivel ha sido bajo. Es cierto que ha faltado una película maestra, pero la media de los largometrajes a concurso ha sido más que aceptable. Es injusto valorar esta edición comparándola con el glamour de la del año pasado, que fue excepcionalmente lucida. Tampoco hay que olvidar la estupenda selección de Perlas y los descubrimientos de Nuevos Directores y, sobre todo, Animatopia. En resumidas cuentas, un Zinemaldi solvente y muy digno para las dificultades presupuestarias que atraviesan este tipo de eventos.
Una vez más, toca agradecer a ArteUParte la posibilidad de acreditarnos y dar publicidad a estas crónicas, así como a la organización del festival por conseguir que todo marchase sobre ruedas. También a mis compañeros de butaca, especialmente a @Dricius y @javivoland por aguantarme. Y -como siempre- a mis abuelos por la logística del alojamiento. Nos despedimos con la sensación de haber disfrutado a tope de la experiencia. Esperamos poder repetir el año que viene. Hasta entonces, nos vemos en las salas.
TOP 5 ABSOLUTO ZINEMALDI 2013
1- The Wind Rises.
2- Like Father, Like Son.
3- Gravity / Jeune et jolie
4- A Touch of Sin.
5- L’image manquante.
TOP 5 SECCIÓN OFICIAL ZINEMALDI 2013
1- La herida.
2- Vivir es fácil con los ojos cerrados.
3- Club Sándwich.
4- Quai d’Orsay.
5- Pelo malo.