Bime Live: Más que un Festival. Crónica
Hablemos del BIME (Bilbao International Music Experience), un evento cultural que aúna cine, música y nos da lecciones de promoción musical. Dentro del Festival, el Bime Live es ese evento que da oportunidad internacional a nuevas bandas o grupos que no llegan a la mayoría y que al compartir escenario con artistas internacionales, son escuchados y se dan a conocer fuera de su país.
BIME es apto para todos los públicos, alejado del ambiente de adolescentes que se acercan a Kobetamendi para beber y… beber. Gracias al “Escenario Teatro” gente de todas las edades puede disfrutar de la música de un festival y permite descubrir, entre descanso y descanso de los otros escenarios, acústicos tan buenos y sobrecogedores como los que han sido este año Dawn Landes o The Barr Brothers. Así, BIME Live rescata lo que algunos festivales están perdiendo hoy, gente interesada en música y no en fiesta veinticuatro horas. Hemos estado en esta edición y han sido un par de días sin desperdicio alguno.
El viernes Go Go Berlin traía un Rock & Roll auténtico, del de hace años, del que se echa de menos; desde el vestuario, estética y puesta en escena. Pisaban España por primera vez y no dudaron en dejar hasta la última gota de sudor en el escenario, despertando el rock que llevamos dentro.
Fuel fandango, fueron un todo en uno, Nita nos dejaba boquiabiertos con su cantar y bailar flamenco, pero a la vez nos sorprendía cantando en inglés y cambiando de registro vocal rápidamente, que con las bases electrónicas acompañadas de batería, bajo y guitarra presentaban la fusión perfecta y desplegaban todo un abanico artístico y cultural. Conciertazo y la tarde no había más que empezado, pero pasó una cosa que se dio mucho ese día, conciertazos solapados. Tuvimos que separarnos: Anna Calvi vs. Macy Gray.
Fuel Fandango. Photo by Bime Live
Con Anna Calvi en el escenario teatro pasamos al relax total. Manejaba la guitarra a la perfección al igual que lo hacía con la voz. Aunque no todo era Anna, tanto el batería como el teclado, eran casi inmejorables y por no hablar de la chica multi-isntrumentista que estaba a su lado con instrumentos inimaginables que daban la chispa diferenciadora a las canciones.
Macy Gray fue todo presencia en el escenario, esa voz tan inconfundible y desgarradora, el flow y el soul que se gastaba, hicieron que todo el público se rindiera a sus pies. Nadie más puede llevar una boa azul que le siente así de bien. Conectó con el público, broméo y se hizo una selfie desde el escenario para enviársela a su madre, pura energía. Para finalizar el concierto nos regaló su archiconocido hit “I Try”, donde aprovechó para meter unas notas de Bob Marley y fusionar a la perfección ambas canciones haciendo corear al público “Everything’s gonna be alright”.
Macy Gray. Photo by @bythefest
Pasaron también por los escenarios ese día Imelda May dando un tono de rockabilly, blues y jazz al festival e iban calentando motores para dos platos fuertes, Basement Jaxx y Placebo. Lo de Basement Jaxx fue una auténtica fiesta, nos habían hablado de sus directos, pero no nos esperábamos ese espectáculo de principio a fin. Era imposible no bailar y cada canción era una fiesta, haciendo bailar a todos hasta que todos saltaron con su última canción y famoso single Where´s Your Head At .Tras Basement Jaxx todos se fueron moviendo hacia el escenario 1 para disfrutar de Placebo, uno de los grandes nombres de este festival, pero nosotros ya nos retirábamos, el sábado venía movidito y había que recomponerse y cargar pilas.
El sábado fue un no parar, un día en el que para bien y para mal, los pies solo nos llevaban del escenario 1 al 2 y viceversa sin poder disfrutar del resto ya que estos, ese día sí, resultaron complementarse perfectamente. Llegamos justo para pedir una cerveza y ver a LA M.O.D.A. (los Mumford & Sons españoles), una cuadrilla de chavales que transmitía mucha energía. El acordeón, el saxo y el banjo le prestaban ese tono alegre a las canciones y se mezclaban con la desgarradora voz del cantante. Apetecía otra cerveza y porqué no, unas patatas fritas. Nos acercamos a The Orwells, algo escandalosos, lo que no dejaba escuchar las notas de esas guitarras y voces distorsionadas que se perciben en el CD. Aprovechar para seguir tomando algo.
Tras The Orwells era el turno de Mando Diao. No sabíamos qué esperar, pensar incluso que nos decepcionarían con sus últimas canciones pero resultó ser un concierto muy equilibrado que nos hacía movernos a ritmo de bombo con sus primeras canciones, hasta que este bombo perdía el protagonismo y daba lugar a esas guitarras características de sus primeros discos con canciones como Gloria o Dance With Somebody con la que se cerraba su actuación dejándonos casi sin aliento y la voz tan ronca como Björn Dixgård.
Mando Diao. Photo by Bime Live
Poco a poco, fuimos acercándonos al escenario 1 para escuchar a The Kooks que llenaba su actuación de forma generacional ocupando sus primeras filas con las chicas más jovencitas encandiladas por el británico Luke Pritchard y sus letras románticas. A medida que avanzábamos estas jóvenes se seguían de gente más mayor cada vez que aunque no sabiéndose todas las canciones, disfrutaba de los Kooks tanto como ellas podían hacerlo. Un buen concierto, buen sonido y buena transición para lo que venía después, The National. A media distancia, rodeadaos de fans de todas las edades, estábamos en el concierto más lleno de todo el festival y sin duda, ésta banda consiguió lograr la admiración de todo, o casi todo el BIME.
El disco lo teníamos bien escuchado, pero no imáginabamos el directo que presenciamos (*nota personal: el mejor directo que he escuchado en mi vida, literalmente mis manos agarraban mi cara inconscientemente, como sin poder explicar qué estaba pasando). Quizás fuese la profunda voz de Matt o la música, que aunque sencilla, provocaban un sentimiento complejo y nuevo pero agradable que hacía que se nos erizasen los pelos. Matt empezaba el concierto ensimismado con el micrófono y los altavoces, pero progresivamente iba mezclándose con el público hasta que en Mr. November se dio un paseo entre la gente que apenas le dejaba moverse mientras gritaba con ellos: “I won’t fuck us over, I’m Mr. November I’m Mr. November!!”.
The National. Photo by @cloudsclear
La última canción de The National fue Vanderlyle Crybaby Geeks y casi sin poder recuperarnos de aquella especie de estado galáctico, empezamos a correr hacia el otro escenario donde actuaba La Roux, las ganas nos corroían por dentro, desde que escuchamos su confirmación. Elly Jackson nos conquistaba totalmente, su actitud quizás algo tímida, el vestuario y los músicos de los que estaba rodeada, le hacían ser La Roux y nadie más. Este concierto fue uno de los más intensos en los que no puedes parar de moverte y cantar y que parece que solo duran un minuto. El concierto se hizo cortísimo a pesar de estar con las piernas destrozadas, creo que si fuese por La Roux, seguiríamos bailando unas cuantas horas más.
Después de este subidón, Holy Ghost y Delorean animaron la mañana del domingo, y que para algunos fue una especie de after-hours que cansados tras este pedazo festival, escuchaban la música mientras sentados, desayunaban unas patatas fritas o un bocadillo y los más animados, cerveza. Como hordas de zombies salíamos todos del interior del Bime, similiar al Distrito 13. Quedaban jóvenes encapuchados durmiendo en rincones del interior de la entrada del BEC, seguridad desalojó y eran las 6 am en Barakaldo. Un cartel difícil de superar. Expectantes para la siguiente edición.
Ambiente Bime Live. Photo by Bime Live
Crónica by Elena Tobias & Ainhoa Gurruchaga