Estrenos SadeCines: Blue Jasmine

 

Blue Jasmine

 

by Fernando Iradier

 

La llegada de una nueva película de Woody Allen a la cartelera es uno de esos eventos marcados en rojo en el calendario de cualquier cinéfilo que se precie, por mucho que de un tiempo a esta parte parezca estar de moda señalar al director de Annie Hall o Manhattan como un autor venido a menos. A pesar de su prodigalidad, parece que con Blue Jasmine la crítica especializada se ha puesto de acuerdo todos a una: se trata de la mejor película del realizador en años. Uno puede coincidir más o menos con esta sentencia -no me cansaré de reivindicar la valía de algunos títulos recientes de su filmografía como Match Point o, sobre todo, la injustamente maltratada Medianoche en París- pero es indiscutible que estamos hablando de un trabajo bastante más profundo y reflexivo en sus ramificaciones que los que lo preceden.

 

Partiendo de la famosa obra Un tranvía llamado deseo, la película cuenta la historia de una millonaria caída en desgracia (Cate Blanchett), condenada a abandonar el hábitat de la alta sociedad neoyorquina para trasladarse a la ciudad de San Francisco en calidad de refugiada en casa de su modesta hermana (Sally Hawkins). Al igual que el papel de Blanche DuBois que interpretara la oscarizada Vivien Leigh en la adaptación al cine del texto de Teneessee Williams dirigida por Elia Kazan en 1951, el viaje de Jasmine/Jeanette es ante todo el descenso a la locura de una mujer obsesionada con una vida de lujo y oropeles imposible de recuperar. Ayudado por una brillante y trabajada fotografía del vasco Javier Aguirresarobe, Allen representa esta dicotomía entre dos mundos y tiempos, presente inevitable y pasado perdido, mediante un montaje inteligentemente medido y una serie de diálogos aparentemente insustanciales, dando cuenta de la mezquindad de esas fiestas patrocinadas por los que mueven los hilos del poder al tiempo que parodia también a esa gran masa de perdedores sin remedio de la que se alimentan.

 

Sin desmerecer en absoluto las interpretaciones del resto del reparto, el éxito de Blue Jasmine recae casi por completo en el apabullante trabajo de Cate Blanchett, dando vida a un personaje tremendamente complejo y de un perfil psicológico fascinante. El film está pensado para su lucimiento personal y la actriz lo aprovecha en cada plano. Raro será si no se lleva un Oscar por este incontestable tour de force. Aunque algunos puedan decidir que hay un único toque de humor frívolo en este retrato de la mediocridad de los valores norteamericanos, la sátira de unas aspiraciones sociales atrapadas entre esa riqueza vacía de contenido consistente en pisar a los de abajo y las pasiones de una working class tatuada, fea y sudorosa, a nadie se le escapa que el fondo de esta historia es más dramático por cuanto tiene de verdadero. Más allá, incluso podríamos llegar a decir que esta película deconstruye la triste realidad de unos personajes solitarios, aislados en su propia miseria personal e incapaces de apoyarse los unos a los otros. Nada más lejos de la realidad, detrás de los amargos recuerdos de Jasmine intuimos el origen de esa loca del parque a la que vemos sentada en un banco hablando sola, antes de mirar hacia otro lado.

 

TRAILER:

http://www.youtube.com/watch?v=aI–8JoqEy8

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